En los últimos días, fue noticia el allanamiento de la casa del empresario Carlos Oleñik Memmel, acusado de pertenecer presuntamente a un esquema de crimen relacionado con el narcotraficante Jarvis Chimenes Pavao.
En este operativo, denominado «Pavo Real», se produjeron múltiples redadas e intervenciones de la Secretaría Nacional Antidrogas y, sin embargo, la prensa dio mucho destaque a la supuesta «vinculación» de algunas personas, activistas y políticos afines al expresidente Horacio Cartes a la familia del imputado Carlos Oleñik Memmel.
La Senadora Nacional Celeste Amarilla (PLRA), por ejemplo, solicitó que fueran investigados «todos los que aparecían» en una fotografía, que aparentemente era el festejo de un cumpleaños celebrado en la allanada residencia de Carlos Oleñik Memmel. En esa fotografía se podía ver a varios «activistas, comunicadores del cartismo», según la prensa.
En cambio, pocos han resaltado el hecho de que hombres del Partido Liberal, como el Senador Eduardo Nakayama, también tendrían unos supuestos «vínculos profundos» con la familia Oleñik Memmel.
El senador liberal, en su Facebook, publicó varias fotografías y agradecimientos a la «doctora Angie Oleñik de Memmel» por un intercambio estudiantil que su hijo realizaría en Portugal, mientras que el periódico ABC Color de fecha 18 de octubre de 2022 nos presentaba como «Candidata N° 2 al Senado Nacional» del movimiento «Renovación Azul» (entonces encabezado por Martín Burt) a la señora Andrea Romina Oleñik Memmel.
Recordemos que el Senador N° 1 de dicho movimiento fue el actualmente electo y proclamado Eduardo Nakayama. Todo esto nos conduce a una lógica pregunta: ¿Cuál sería la potencial vinculación del Senador Nakayama con la familia Oleñik Memmel?
Desde luego que nosotros no pretendemos aplicar la «culpa fotográfica», como lo hacen otros inescrupulosos medios de prensa. Quizás Nakayama nada tenga que ver con los supuestos «turbios negocios» que se le endilgan al Señor Carlos Oleñik Memmel. Eso quizás deba aclararlo él mismo, pues todos tienen derecho a que se presuma su inocencia y que se aplique la duda razonable a su favor, sean estos «colorados» o «liberales».