La cultura y la economía del Paraguay está fuertemente ligada al agua. Sin embargo la contaminación y la pesca indiscriminada se tradujo en una merma de la producción de peces: del record de 30.000 toneladas métricas de peces, en 2010 se logró poco más de la mitad, un 40% menos.
El gobierno paraguayo identificó en Taiwán a un aliado clave, ya que ellos son expertos mundiales en la piscicultura. Gracias a esa cooperación inició el Centro Nacional de Producción de Alevines en 2010, para la implementación de la producción de tilapia, pacú y surubí.
El Centro Nacional de Producción de Alevines mostró un aumento de 2.365 toneladas (2014) a 9.000 toneladas (2020) en la producción de tilapias utilizando tecnología de reversión sexual de esa especie.
El Pacú es una de las experiencias exitosas: Los alevines pasaron de costar de 3.000Gs. / 1.500Gs. se redujo a 500Gs. la unidad, permitiendo que los pequeños productores puedan acceder a ello y mejorar su opción de alimentación y oportunidad comercial.
El “Proyecto Surubí” (2019-2022) consiguió del Centro Nacional de Producción de Alevines permitió reducir el precio de los alevines a 3.000Gs, antes costaban entre 20.000 a 15.000Gs.
Resumiendo: La acuicultura con tecnología de punta taiwanesa permitió que la producción de Pacú pasara en 2013 de 12.5 toneladas a 56.1 en el año 2020. En cuanto al Surubí en 2019 era de 200 t. pasó a 600 t. en el 2020.
En el Proyecto de Producción Comercial de Surubí, se incluye otras especies como boga, salmón del río Paraná y camarones de agua dulce, esperando seguir ampliando los beneficios del proyecto y mejorar las capacidades del cultivo. Es decir, se amplia la cantidad de especies.
Gracias a la cooperación taiwanesa, le damos un descanso a nuestros ríos. Es importante contemplar la sustentabilidad ambiental en la producción de alimentos, para mitigar el accionar humano sobre los ecosistemas. La acuicultura es una herramienta fundamental para ese fin.
El Parámetro News