En un acto de firme liderazgo internacional, la Alianza Interparlamentaria sobre China (IPAC) se ha posicionado como el principal baluarte en la defensa de la estabilidad democrática al condenar enérgicamente los recientes ejercicios militares realizados por el Ejército Popular de Liberación alrededor de Taiwán. Bajo el nombre en clave «Misión Justicia 2025», estas maniobras han sido denunciadas por la alianza como un paso peligroso que se aleja de la moderación y busca quebrar el orden establecido.
La organización ha alertado con precisión que estos simulacros, que involucran fuerzas navales, aéreas y terrestres, no son ejercicios de rutina, sino que simulan un cerco táctico, ataques de precisión y operaciones de bloqueo contra la isla. Para IPAC, esta actividad representa una escalada deliberada de presión coercitiva que apunta directamente a la normalización de la intimidación militar como herramienta política del Partido Comunista Chino.
Más allá de la denuncia, la IPAC destaca por su visión estratégica al advertir que este patrón de conducta no solo socava la estabilidad en el Estrecho de Taiwán, sino que amenaza la prosperidad global y la seguridad de toda la región del Indo-Pacífico. Su análisis subraya el riesgo creciente de un error de cálculo que podría tener consecuencias devastadoras para la economía y la paz mundial.
Ante esta amenaza, la alianza ha tomado la iniciativa de convocar a las naciones democráticas a actuar con «urgencia y unidad». IPAC insta a los gobiernos a ir más allá de las simples declaraciones de oposición y a concretar un plan de disuasión común que eleve los costos de la agresión. El objetivo es claro: fortalecer la preparación colectiva y asegurar que cualquier intento de cambiar unilateralmente el statu quo se encuentre con una respuesta coordinada y resuelta de la comunidad internacional.



