Un amplio operativo antiterrorista desarrollado en Génova, al noroeste de Italia, culminó con la detención de nueve personas y la intervención de tres asociaciones benéficas acusadas de haber canalizado más de 7 millones de euros al grupo terrorista Hamas, especialmente tras los ataques del 7 de octubre de 2023.
Según informaron las autoridades italianas, entre los arrestados se encuentra Mohammad Hannoun, señalado como jefe de la rama internacional de Hamas y líder de la célula operativa en Italia. La investigación lo identifica como una figura central del esquema de financiación, ya que ocupaba cargos de representación legal o de administración en las asociaciones implicadas. De acuerdo con los investigadores, Hannoun dirigía la recaudación de fondos bajo la cobertura de ayuda humanitaria, pero más del 70% del dinero era desviado directamente a Hamas o a entidades vinculadas al grupo islamista.
Junto a Hannoun también fueron detenidos Rawwa Adel Ibrahim Salameh, considerado representante de Hamas para el noreste italiano; Abu Deiah Khalil, fundador y representante legal de la Asociación Benéfica La Cupola d’Oro; y Abdu Saleh Mohammed Ismail, residente en Turquía. Este último está acusado de haber transferido al menos 462.700 euros a Hamas, incluyendo entregas de dinero en efectivo, según consta en el expediente judicial.
Las pesquisas revelan que las transferencias de fondos se remontan al 18 de octubre de 2001, aunque se intensificaron de manera significativa después de los acontecimientos de octubre de 2023. El monto total identificado por las autoridades asciende a 7.288.248,15 euros. Para concretar estos envíos, los involucrados habrían utilizado complejos mecanismos de triangulación financiera, combinando transferencias bancarias, intermediarios y asociaciones ubicadas en distintos países, hasta hacer llegar el dinero a entidades en Gaza, los Territorios Palestinos o incluso en Israel.
El caso vuelve a poner bajo la lupa el uso de organizaciones supuestamente benéficas como fachada para la financiación del terrorismo, una práctica que las autoridades europeas consideran una amenaza directa a la seguridad regional y que refuerza los controles sobre el sistema financiero y las ONG que operan a nivel internacional.




