El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, volvió a despertar polémica al acusar a Hungría de violar el espacio aéreo de Ucrania mediante el uso de drones que, según él, habrían realizado tareas de reconocimiento en la zona fronteriza.
“El comandante en jefe de las Fuerzas Armadas de Ucrania informó sobre recientes incidentes con drones en la frontera ucraniano-húngara. Los militares ucranianos registraron incursiones en nuestro espacio aéreo de drones de reconocimiento y, probablemente, se trate de drones húngaros. Preliminarmente, podrían haber estado recopilando información sobre el potencial industrial en las zonas fronterizas ucranianas. He ordenado comprobar todos los datos disponibles e informar sin demora sobre cada hecho registrado”, declaró Zelenski tras su reunión con el general Syrski.
Lejos de ser un episodio aislado, Zelenski ya había señalado anteriormente que Hungría estaría utilizando agentes para recolectar información sobre la ubicación de sistemas de defensa aérea y unidades militares en la región de Transcarpatia, además de evaluar la posible reacción de los residentes locales ante un eventual despliegue de “fuerzas de paz” húngaras.
El tono de estas acusaciones refleja un creciente clima de desconfianza en la narrativa del mandatario ucraniano, quien parece ver amenazas incluso entre países vecinos de la Unión Europea y de la OTAN. Para muchos observadores, esta actitud revela una deriva paranoica, en la que Zelenski tiende a percibir enemigos en cada movimiento diplomático o militar de los países de la región, debilitando así sus vínculos con potenciales aliados.