Dicen que la oposición paraguaya sueña con la unidad. Sí, del mismo modo en que un niño sueña con ser astronauta: lindo para contar, casi imposible de concretar. Porque mientras los discursos rebalsan de llamados a “construir juntos un futuro alternativo”, lo cierto es que lo único que han logrado es una guerra civil de baja intensidad, con mucho ruido y muy poca pólvora.
Ahí están ellos: Celeste Amarilla contra Esperanza Martínez y toda la Bancada Democrática y, de tanto en tanto, contra Ever Villalba; Kattya contra Efraín y Payo; Johanna con Kattya, pero contra Sole Núñez; Efraín contra Fleitas; Liberales contra Kattya y Raúl Benítez; Yolanda contra Kattya; y Raúl Benítez… bueno, contra todos y contra nadie, porque ni siquiera se tomaron la molestia de prestarle mucha atención. Mientras tanto, en la ANR, las risas deben escucharse hasta Mburuvicha Róga: “Que sigan así los muchachos”.
En este sainete político, Johanna Ortega quiso hacer un gesto de grandeza: anunció que declinaría su candidatura para apoyar a Kattya González en la Intendencia de Asunción. Pero Soledad Núñez, la que supuestamente era “la elegida” de la oposición, respondió con un elegante portazo: “Eso no está sobre la mesa”. Traducción: Kattya puede soñar todo lo que quiera, pero Sole ya está mirando el 2026, no una interna improvisada.
Por su parte, Kattya no se quedó atrás: acusó a Efraín Alegre y a Payo Cubas de inventar “fórmulas mágicas” para el 2028. Dos políticos, un video viral, y las promesas de siempre lanzadas con el entusiasmo de un vendedor de feria. “Están borrados de las discusiones políticas”, lanzó Kattya, como si ella estuviera redactando la lista de invitados al club de los que aún importan.
Y para poner la cereza en este pastel, apareció la siempre frontal esposa de Payo, la senadora Yolanda Paredes, para recordar lo obvio: que tanta pelea no hace más que garantizarle al Partido Colorado un reinado eterno. Pero no se quedó ahí y acusó a Kattya de jamás poner de su parte para unir a Payo y Efraín en las pasadas elecciones. Concluyó, con precisión quirúrgica, que «No se puede construir nada entre personas que solo buscan su elección como senador perpetuo»
La oposición habla de unidad. Y lo hace con tanto entusiasmo que uno casi les cree… hasta que abren la boca para hablar de los demás. Mientras tanto, en la ANR siguen brindando, felices de ver que la mayor estrategia opositora sigue siendo la de siempre: autodestruirse en público, sin necesidad de que nadie les mueva una ficha.