Un tiroteo durante una misa en la Annunciation Catholic School, en el sur de Minneapolis, desató el horror en la comunidad educativa y provocó un amplio despliegue de cuerpos de seguridad y emergencias en la mañana de ayer.
Al menos dos niños, de 8 y 10 años, murieron tras ser alcanzados por los disparos; otras 17 personas resultaron heridas, incluidos 14 menores, varios de ellos en estado muy grave, confirmó el jefe policial Brian O’Hara en conferencia de prensa.
El atacante, Robin Westman, era un joven transexual de aproximadamente 20 años, irrumpió armado con un rifle, una escopeta y una pistola, abriendo fuego contra los presentes. Tras el ataque, murió de un disparo autoinfligido en el estacionamiento de la escuela. Las autoridades creen que actuó solo. De acuerdo con las primeras investigaciones, el individuo había publicado en redes sociales imágenes de prácticas de tiro en las que utilizaba símbolos religiosos y, además, llevaba cargadores con inscripciones ofensivas hacia la fe católica de los niños a los que planeaba asesinar.
El FBI participará en la investigación para determinar los motivos del ataque y posibles vínculos del tirador con movimientos extremistas.
Las palabras del papa
Desde Roma, el papa León XIV transmitió sus condolencias mediante un telegrama firmado por el cardenal secretario de Estado, Pietro Parolin. El pontífice expresó “su sentido pésame” a todos los afectados por la “terrible tragedia” que costó la vida a dos niños que fueron atacados a través de las ventanas de la iglesia ubicada dentro del complejo escolar.
Desacertadas declaraciones del alcalde
El alcalde demócrata de Minneapolis, Jacob Frey, al referirse a la masacre en la escuela católica, afirmó que “Quien use esta tragedia para demonizar a la comunidad trans ha perdido su sentido básico de humanidad común”.