Lo que alguna vez fue considerado un bastión del periodismo serio y profesional, hoy se tambalea bajo el peso de su propia parcialidad. La BBC, cadena británica históricamente vista como referente de independencia, ha demostrado en los últimos años —y de forma descarada desde el 7 de octubre de 2023— que ha dejado de ser un medio al servicio de la verdad para convertirse en un megáfono de propaganda disfrazado de periodismo.
En el programa Jarro Café, conducido por Alberto Peralta en Radio 1000, se expuso con claridad lo que muchos ya perciben: la BBC y otros medios occidentales han manipulado, tergiversado y difundido información falsa sobre Israel, alimentando narrativas construidas por grupos terroristas como Hamás.
Mentiras que tardan años en corregirse
El caso de la publicación del 5 de octubre de 2023, donde la BBC acusaba a judíos de escupir a cristianos durante Sukkot, es un ejemplo emblemático. La propia cadena admitió en junio de 2025 —¡19 meses después!— que la noticia era falsa. ¿Cuántas conciencias se formaron en base a esa mentira en casi dos años?
Otro episodio aún más grave ocurrió el 17 de octubre de 2023, cuando una explosión en el hospital Al Ahli de Gaza fue atribuida inmediatamente a un bombardeo israelí. BBC, CNN, The New York Times, Reuters y otros replicaron como verdad lo que decía el “Ministerio de Salud de Gaza”, brazo propagandístico de Hamás. Investigaciones posteriores confirmaron que la tragedia fue causada por un cohete fallido lanzado desde Gaza. Sin embargo, hasta hoy, muchos posteos iniciales siguen en línea, perpetuando una acusación falsa contra Israel.
Del error al prejuicio ideológico
Ya no se trata de simples equivocaciones, sino de un sesgo estructural. En noviembre de 2023, la periodista de la BBC Mónica Miller aseguró en directo que Israel había “apuntado contra médicos y personas que hablaban árabe”, cuando en realidad, según Reuters, lo que Israel había hecho era incorporar médicos y traductores para minimizar daños. Eso no es un malentendido: es una manipulación deliberada que invierte la verdad para demonizar a un solo actor del conflicto.
Occidente en la misma trampa
Lo más preocupante es que la BBC no está sola. The Guardian, New York Times, CNN, Reuters, Associated Press, y hasta Al Jazeera han sido cómplices de esta dinámica, tomando como palabra sagrada los comunicados de Hamás, sabiendo que provienen de una fuente interesada en victimizarse y en manipular a la opinión pública global. El periodismo occidental, que debería ser un contrapeso frente a la desinformación, terminó convirtiéndose en su principal vehículo.
El silencio ante la humanidad de Israel
Mientras tanto, hay hechos que brillan por su ausencia en la agenda mediática. Israel atiende en sus hospitales a niños palestinos con enfermedades graves como cáncer, ofreciendo tratamientos y trasplantes de manera gratuita. Ese esfuerzo humanitario, digno de reconocimiento, es invisibilizado porque no encaja en la narrativa que busca demonizar a Israel.
La pregunta es inevitable: ¿qué queda del periodismo cuando los medios más influyentes del mundo deciden conscientemente poner el sesgo y la ideología por encima de la verdad? Si la BBC y sus pares persisten en este camino, no solo habrán perdido credibilidad: habrán traicionado la esencia misma de la profesión.