El presidente del Instituto Nacional de Desarrollo Rural y de la Tierra (Indert), Francisco Ruiz Díaz, destacó recientemente el impacto transformador que tiene la titulación de tierras en las comunidades rurales, señalando que esta política no solo brinda seguridad jurídica a los campesinos, sino que también representa un salto económico sustancial para las familias beneficiadas.
Uno de los casos emblemáticos mencionados es el de la colonia San Fernando, ubicada en el distrito de Santa María de Fe, departamento de Misiones. Allí, campesinos que por años carecieron de activos a su nombre, pasaron a convertirse en propietarios de tierras debidamente registradas. Según explicó Ruiz Díaz, con una inversión promedio de entre 12 a 14 millones de guaraníes para el pago de sus lotes, estas propiedades aumentaron inmediatamente su valor de mercado a un rango que oscila entre 570 y 600 millones de guaraníes, considerando que cada lote titulado tiene, en promedio, una extensión de 20 hectáreas.
El rendimiento económico de esta operación es contundente: la titulación representa una valorización del 4.185% sobre la inversión inicial realizada por los pobladores. Significa que, de no contar con activos, al recibir el título de propiedad, el campesino accede a un bien valioso que puede ser utilizado como garantía para acceder a créditos, explicó el titular del Indert. Esta posibilidad de acceder al sistema financiero formal abre nuevas oportunidades de inversión en productividad, infraestructura y mejoras que incrementan la competitividad de los pequeños productores.
Además, Ruiz Díaz subrayó que la titulación no solo genera beneficios económicos, sino que contribuye al arraigo campesino, fortalece la permanencia en el territorio y mejora notablemente la calidad de vida de las familias rurales. En el caso de San Fernando, muchas de las familias beneficiadas esperaban la regularización de sus tierras desde hace más de 25 años, lo que evidencia el impacto humano y social de esta medida.