El exembajador paraguayo en el Líbano, Osvaldo Bittar Vicioso, quien fuera destituido por “pérdida de confianza” tras haber solicitado usufructuar vacaciones apenas cinco días después de asumir funciones, vuelve a ser noticia, y no precisamente por méritos diplomáticos.
Lejos de alejarse del foco, Bittar es objeto de constantes quejas por parte del personal del Ministerio de Relaciones Exteriores, donde aún permanece en funciones administrativas. Funcionarios lo han apodado irónicamente como “el embajador sin Embajada”, en referencia a su actual situación dentro de la Cancillería, sin funciones asignadas ni tareas claras.
Según múltiples denuncias internas, Bittar, además de ser crítico del Gobierno y de las autoridades del Ministerio de Relaciones Exteriores; mantiene un trato despectivo y clasista hacia sus compañeros, especialmente con el personal de menor jerarquía. “Se pasa insultando y tratando de burros a quienes no son de su círculo”, expresó un funcionario bajo condición de anonimato. La situación ha generado un ambiente de tensión y malestar dentro del ministerio.
Pero las acusaciones no terminan ahí. También se le atribuyen posturas antisemitas y una simpatía abierta hacia Hezbollah, el grupo radical chiita catalogado como organización terrorista por varios países occidentales. Estas actitudes, consideradas incompatibles con la política exterior del Paraguay, profundizan el descrédito de quien alguna vez ocupó una representación oficial en Medio Oriente.
Mientras tanto, desde la Cancillería no se ha emitido un pronunciamiento oficial sobre el futuro de Osvaldo Bittar, aunque puertas adentro, muchos esperan una decisión definitiva que cierre este controvertido capítulo diplomático