La familia es el fundamento de la sociedad, reza un fragmento olvidado de nuestra Constitución Nacional ¿Qué ha hecho el Estado paraguayo _que ha hecho el poder político constituido_ en 33 años de democracia para fortalecer ese FUNDAMENTO declarado en la Carta Magna?
Bueno, bajo el falso supuesto de que, si se dividiera el tratamiento gubernamental de LA FAMILIA en pedacitos, si el TODO se tratara por partecitas, el TODO va a mejorar; bajo esta falacia, repito, el Estado paraguayo ha erigido y multiplicado secretarías y ministerios que abordan la problemática de la mujer, por separado; la realidad de la niñez y la adolescencia, separadamente; y los desafíos de la juventud, por separado. Sin embargo, LA REALIDAD SIEMPRE ES MÁS COMPLEJA y este método es contrario a la ciencia, pues por la moderna Teoría General de los Sistemas (1968) sabemos que EL TODO ES MÁS QUE LA SUMA DE SUS PARTES, luego, la familia es un todo: es un fenómeno más complejo que la simple sumatoria mecánica y compulsa de sus integrantes; por lo tanto, que el Estado aborde las problemáticas que suceden en el seno de las familias paraguayas de forma compartimentalizada es anticientífico y reduccionista.
¿Por qué el Estado propone este abordaje de la familia? Este tratamiento compartimentalizado de un fenómeno complejo no responde a las necesidades de los paraguayos ni a las necesidades de las familias, sino que es más bien una función de la típica compulsión burocrática de dividirlo todo geométricamente, especialmente los fenómenos que no funcionan bajo su lógica mecánica, como la familia, por ejemplo. Cuando un burócrata se encuentra con algo que no entiende, cuando choca con algo que no le cabe en la cabeza, lo divide.
¿Tener secretarías o ministerios separando a los integrantes de una familia desde las políticas públicas ha sido una buena forma de cumplir con el mandato de INTEGRALIDAD de la constitución? No. La Constitución Nacional en su artículo 49 expresa que siendo la familia el fundamento de la sociedad, el Estado “promoverá y garantizará su protección INTEGRAL”. El mandato de ser integrales en nuestro abordaje de la familia se enriquece cuando comprendemos que la palabra INTEGRAL, PROVIENE DE INTEGRITAS, DERIVADO DEL ADJETIVO LATINO INTEGER QUE SIGNIFICA ENTERO.
La CONSTITUCIÓN NACIONAL señala un MODELO DE FAMILIA que debe orientar y ser el RECTOR de las políticas públicas. Ese modelo incluye “la unión estable del hombre y de la mujer, a los hijos…” ¿Se rigen las políticas públicas por la búsqueda, la promoción, el apoyo y la protección de ese modelo o, debido a que, muchas veces, el modelo no se cumple hemos claudicado, hemos abandonado nuestra misión institucional constitucionalmente ordenada? Aunque la Constitución reconozca que muchas veces la familia estará conformada por “cualquiera de los progenitores y sus descendientes”, eso no implica que debamos “colar el mosquito y tragarnos el camello”, enfocándonos solamente en las excepciones al modelo, renunciando así a nuestra misión constitucional de PROMOVER Y GARANTIZAR LA PROTECCIÓN DE LA FAMILIA INTEGRAL, COMPLETA, ENTERA ¿Por qué nos alarmamos de que cada vez hayan menos familias completas (enteras), es decir compuestas por un hombre, una mujer y sus hijos, si hemos abandonado la promoción y protección INTEGRAL del MODELO DE FAMILIA CONSTITUCIONAL?
¿Si cada ministerio elabora y enfoca políticas públicas desde LA CONDICIÓN PARTICULAR de ser mujer, de ser niño o de ser joven, CÓMO SE CUMPLE EL MANDATO CONSTITUCIONAL DE LA PROTECCIÓN INTEGRAL a la familia? Sencillo, hemos de confesar que no se cumple. Estamos, todos, violando sistemáticamente la constitución a medida que separamos y dividimos ministerios y secretarías, creando sujetos de derecho distintos, con reglamentaciones, disposiciones y burocracias que se superponen y antagonizan entre sí. Fin. Fragmentar infinitamente los sujetos de derechos en base a carteras ministeriales no responde a las necesidades de la FAMILIA, sino a las necesidades de la clientela política que solo busca aumentar el tamaño del Estado y la burocracia.
La pregunta política fundamental es: ¿QUEREMOS CUMPLIR LA CONSTITUCIÓN SI O NO? Me imagino que todos nuestros esfuerzos políticos deberían ir en esa dirección, deberíamos estar todos los paraguayos orientados a ir cumpliendo cada vez más y cada vez mejor con el mandato constitucional de PROMOVER UNA PROTECCIÓN INTEGRAL A LA FAMILIA.
Desde hace 30 años hemos establecido ministerios y secretarías, multiplicando sujetos de derecho distintos, sin pensar en la INTEGRALIDAD, en la FAMILIA COMO UN TODO, como FUNDAMENTO DE LA SOCIEDAD, ¿funcionó? ¿Estamos mejor o estamos cada vez más disgregados, distanciados o separados? ¿Si hay carteras ministeriales que proveen subsidios, viviendas y beneficios a mujeres separadas o divorciadas, hasta qué punto esa no es una forma de promover la desunión, las familias incompletas, las uniones de hecho? ¿Si mi subsidio depende de que sea “una mujer vulnerable que no está casada”, entonces, hasta qué punto tengo incentivos para casarme y formalizar una relación sentimental con un hombre responsable? ¿Si hay más viviendas del gobierno (MUVH) para personas solteras y menos para el modelo familiar constitucional, no estamos, inadvertidamente, promoviendo las familias uniparentales? ¿Si mi subsidio depende de que me encuentre desempleado, no sería esa una forma de aumentar el desempleo? Los seres humanos somos sensibles a los incentivos, reza una verdad de la economía institucional, y quizás estemos promoviendo lo que declaramos detestar. Quizás, enfocados en el árbol, hemos dejado de ver el bosque y nuestras buenas intenciones han pavimentado el camino del infierno.
La CONSTITUCIÓN NACIONAL en el artículo 52 declara: “La unión en matrimonio del hombre y la mujer es uno de los componentes fundamentales en la formación de la familia”. La Constitución reconoce que el matrimonio es fundamental en la formación de la familia y, sin embargo, si el mismo estado reconoce que el matrimonio es fundamental, ¿qué ministerio o institución elabora y lleva adelante políticas públicas para fortalecer los matrimonios? Ninguno.
En el artículo 8 del CÓDIGO DE LA NIÑEZ Y LA ADOLESCENCIA expresa que “el niño o adolescente tiene derecho a vivir y desarrollarse en su familia” ¿La pregunta es, este vivir y desarrollarse incluye a su madre y su padre? La respuesta debería ser SÍ. Cualquiera, intuitivamente, puede reconocer que es un derecho de un niño vivir y desarrollarse con SUS PADRES (su padre y su madre) ¿Qué ha hecho el Estado paraguayo para que eso suceda? ¿No está el Estado paraguayo violando así el derecho del niño a vivir y desarrollarse en familia al no tener un ente que promueva, fortalezca, impulse y promocione LA FAMILIA MODELO de la Constitución Nacional?
Una metáfora de la manufactura textil nos puede ser útil para reafirmar el punto. En los talleres textiles donde se elaboran camisas se solía utilizar antaño una camisa modelo, la cual estaba a disposición de todos los hilanderos, tejedores y armadores de las camisas producidas en serie en la larga cadena de producción. Esa camisa modelo no se vendía, no se cambiaba, no se perdía, al costo de terminar cambiando, involuntariamente, las medidas de las siguientes producciones, con el desastroso resultado de tener miles de camisas con distintos cuellos, cortes, tamaños de mangas y proporciones, estropeando el proceso de producción bajo el estándar de excelencia de la camisa modelo ¿No ha el Estado paraguayo abandonado su MODELO DE FAMILIA CONSTITUCIONAL ocasionando con sus políticas públicas, compartimentalizadas y separatistas, daños y perjuicios a todos los paraguayos?
Vender, cambiar o perder el MODELO DE FAMILIA es perdernos como sociedad, es perder nuestro FUNDAMENTO ¿Qué derecho tendríamos luego de alarmarnos si la camisa sale mal? Y no estoy hablando de camisas.