A menos de una semana de volver al Despacho Oval, Donald Trump ha generado varias polémicas e impactos comerciales en medio del giro de la Casa Blanca al proteccionismo y tras endurecer el control migratorio, provocando una disputa diplomática con el Gobierno de Gustavo Petro, que este lunes ha llegado a su fin.
Hace tan sólo 24 horas, el Gobierno de Colombia primeramente se negó a permitir el aterrizaje de dos vuelos estadounidenses que transportaban migrantes deportados, aludiendo que eran aviones militares, no civiles, y criticó el estado inhumano de las personas, que estaban esposadas como si fueran convictos.
Tras la negativa de la administración de Gustavo Petro a recibir a los deportados, Donald Trump salió con los tapones de punta a manifestarse a través de su red Truth Social:
«No permitiremos que el gobierno colombiano viole sus obligaciones legales con respecto a la aceptación y el regreso de los criminales que forzaron al entrar en Estados Unidos»
Trump ordenó este fin de semana imponer el 25% de aranceles a los productos colombianos, claramente en represalia, así como introducir la prohibición de viajes y revocar de forma inmediata las visas a todos los funcionarios del Gobierno de Petro y a sus aliados. Por ello, a las pocas horas, el Gobierno de Colombia cedió.
Frente a tales reprimendas, el Gobierno de Gustavo Petro no tuvo otra alternativa que dar marcha atrás con su postura. Colombia anunció a última hora del domingo que finalmente había superado el “impasse” con la Casa Blanca y confirmó que recibirá a los colombianos deportados por Estados Unidos.
«Hemos superado el impasse con el Gobierno de Estados Unidos», anunció el domingo el canciller colombiano, Luis Gilberto Murillo, y en simultáneo la Casa Blanca confirmó que el Gobierno de Gustavo Petro finalmente había aceptado «todos los términos del presidente Trump».