La regla de oro de la igualdad, expresada por Aristóteles hace ya 2400 años, decía que se debe “tratar a los iguales de igual manera y, en consecuencia, a los desiguales de manera desigual”. ¿En qué son desiguales hombres y mujeres que amerite una ley que brinde trato especial a uno de los dos? Un ejemplo sería la ley de licencias de maternidad y paternidad que trata de forma desigual a mujeres y varones por obvias razones.
En este caso, el proyecto de crea Tribunales Especiales que traten los temas de violencia hacia la mujer se crea sobre la idea de “desigual tratamiento para los desiguales”, y, sin embargo, es lícito preguntarse, ¿por qué se debería dar un trato desigual ante la ley a hombres y mujeres en temas de violencia? ¿Acaso ambos no pueden ser igualmente violentos el uno con el otro? ¿No son muchas mujeres también violentas contra los varones? ¿No es suficiente con penalizar conforme a la cantidad de violencia ejercida sobre una de las partes conforme a un código penal general para todos?
En ese sentido el proyecto de Ley que crea Tribunales Especiales en Violencia de Género parte del falso supuesto de que no existe “igualdad para el acceso a la justicia” (como señala el Art. 47 de la Constitución Nacional), para las mujeres en Paraguay, que supuestamente las denuncias de mujeres no son aceptadas en juzgados o comisarías, a diferencia de denuncias de hombres. Esta es una declaración no demostrable ya que no existe ninguna estadística al respecto, solo anecdóticas referencias que nunca tienen nombre y apellido, fecha y datos, algo así como “a una mujer le pasó que se fue a hacer la denuncia de violencia de su pareja y no llevó su cédula, y cuando volvió su pareja acabó por asesinarla”.
Lo que acabo de reseñar es toda la evidencia que manifestó la senadora proyectista Lilian Samaniego sobre una supuesta desigualdad entre hombres y mujeres que justifique establecer Juzgados y Tribunales Especializados en violencia contra la mujer, porque si se mencionara los asesinatos, como referencia fundamental, es obvio que existen más asesinatos de hombres perpetrados por hombres que asesinatos de mujeres asesinados por hombres ¿Por qué no un Tribunal Especial para eso casos entonces sí estadísticamente es significativamente más relevante lo uno que lo otro? Sencillo, por ideología de género, que presupone que la armonía entre los sexos es imposible y que existe un patriarcado opresor instalado transversalmente en todas las instituciones culturales de la vida en sociedad.
Partiendo del enfermizo supuesto anterior, es necesaria la mano correctiva de la fuerza estatal para establecer, mediante la acción afirmativa o la discriminación inversa, instituciones judiciales que persigan a los hombres por ser hombres, pues son parte del patriarcado opresor. Es así como el Estado politiza la justicia bajo una lente patológica que envenena todas las relaciones humanas, en este caso, las relaciones entre los sexos, bajo una dinámica de lucha.
No existe razones válidas para tratar desigualmente ante la ley a los hombres y las mujeres en cuestiones de violencia, solo existen sinrazones, ideas parásitas que forman parte de una ideología descompuesta, el feminismo radical, que inficiona las relaciones humanas e instrumentaliza a las mujeres en pos de objetivos de poder político y lucro ¿Quiénes ganan con el establecimiento de los Tribunales Especiales para perseguir hombres? Las ONGs y abogadas feministas inescrupulosas ¿No me cree? Pues mire el artículo 7 del proyecto de ley que exige 120 horas cátedras de capacitaciones en feminismo radical e ideología de género para los que pretendan ser jueces, magistrados o funcionarios de los nuevos Tribunales y Juzgados Especiales ¿Quiénes pierden con esta ley? Los hombres serán chivos expiatorios de desenfrenados instintos de resentimiento y lucro que devengan en esta institucionalización de la venganza ¿Ayuda a las mujeres tener Tribunales Inquisidores que persigan a los hombres? A algunas sí, generalmente abogadas y feministas. Al resto de las mujeres no, solo son carne de cañón para una guerra que no entienden y que se libra a sus expensas.
Comienza la Inquisición feminista en Paraguay.