El primer ministro de Israel brindó un intenso discurso en la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas donde acusó a la propia organización de ser “un pantano de bilis antisemita” y denunció que durante décadas han permitido el antisemitismo.
Benjamin Netanyahu dijo que este año no tenía la intención de asistir ya que su país está enfrentando una terrible guerra, pero que decidió hacerlo porque era necesario aclarar todas las mentiras que se han dicho sobre Israel.
«Decidí hablar por mi gente, por mi país y por la verdad»
Netanyahu empezó su discurso recordando los actos horribles ocurridos el 7 de octubre. Resaltó el nivel de violencia y maldad con la que actúa Hamás, violando mujeres, quemando bebés vivos, quemando familias vivas. También pidió a los familiares de los secuestrados que se encontraban presentes en el auditorio que se levantaran, y volvió a hacer la promesa de que no descansará hasta traer de vuelta a los secuestrados por Hamás.
Aseguró, además, que el régimen iraní pone en peligro a cada país del medio oriente y a muchos países en el resto del mundo. Afirmó que los gobiernos del mundo que son sensatos no solo deberían apoyar a Israel en su lucha contra Irán, sino unirse en el objetivo de parar el programa de armas nucleares iraní.