Ayer, el Centro Familiar de Adoración, ubicado en la calle España, fue el escenario del segundo congreso “Cómo Defender la Fe en el Siglo XXI”, un evento que reunió a destacados conferencistas locales y figuras internacionales comprometidas con la batalla cultural que define a nuestro tiempo.
La jornada estuvo marcada por intensos debates y exposiciones que abordaron temas económicos, educativos, el rol de la mujer en la sociedad, y las amenazas que enfrenta la fe cristiana en la actualidad. El cierre del evento estuvo a cargo del reconocido conferencista argentino Agustín Laje, quien con su característica elocuencia, expuso ante más de 900 personas y reflexionó sobre la globalización, el globalismo y la necesidad de una educación que fortalezca los valores culturales.
Uno de los momentos clave del congreso fue el panel sobre temas económicos, en el cual Alfred Fast, presidente de la Federación de Cooperativas de Producción (Fecoprod Ltda.), y el economista Blas Cristaldo, del Centro de Formación para el Progreso y Desarrollo PRODINAMIS, presentaron una visión crítica sobre las barreras ideológicas que obstaculizan el desarrollo económico del Paraguay. Cristaldo subrayó la importancia de reconocer y valorar la evolución del país, afirmando que “lo que estamos viendo ahora es un Paraguay que está evolucionando, tenemos que estar conscientes de eso y valorarlo”. Por su parte, Fast lanzó una advertencia contra el sensacionalismo mediático, especialmente en temas como el cambio climático, instando a la audiencia a pensar por sí mismos: “No creas que algo es verdad, porque lo lees en los diarios, o porque lo escuchas por la radio, o porque todos creen que es así. ¡Siempre piensa por ti mismo!”
El congreso también puso un fuerte énfasis en la educación, con la intervención de Carlos de la Sobera, pastor y educador de larga trayectoria, quien abogó por un esfuerzo genuino para transformar la educación en Paraguay. “Para lograr un cambio real en la educación, es necesario un esfuerzo genuino y tangible que trascienda las palabras y se materialice en acciones”, sostuvo de la Sobera, llamando a una renovación que vaya más allá del discurso.
Otro panel, dedicado al rol de la mujer y el feminismo, contó con la participación de Laura Martino, Sonia Alderete, Laura Rojas, Silvia Romero, y Paola de la Sobera, quienes, desde su experiencia y éxito en distintos ámbitos, coincidieron en la necesidad de “amar y servir como la mejor herramienta contra el hedonismo dominante”. Laura Rojas, en particular, enfatizó que el verdadero empoderamiento femenino se alcanza al “acercarse al diseño y propósito”, recordando que “la mujer sabia edifica su casa, pero la necia con sus manos la derriba”.
El Dr. Fernando Griffith, exviceministro de culto, ofreció una crítica contundente a las ideas de igualdad, diversidad e inclusión promovidas por la agenda global. Griffith insistió en que es esencial enseñar y vivir las ideas correctas para que el país alcance su verdadero potencial, “igualdad ante la ley y no mediante la ley”. Por otro lado, los comunicadores Francesco Fiorio, Renato Talavera y Ricky Alderete abordaron temas vitales como la cristianofobia, la razonabilidad de la fe en Dios y el cautiverio cultural, todos aspectos cruciales en la actual batalla cultural.
Finalmente, Agustín Laje clausuró el congreso con una exposición vibrante sobre las diferencias entre globalización y globalismo. Frente a una audiencia entusiasta, Laje alertó sobre las políticas de gobernanza global que buscan transferir el poder estatal a organismos supranacionales con la excusa de enfrentar problemas como el cambio climático. También denunció las políticas de reducción poblacional promovidas desde estas agendas globales, citando el caso de España, donde la tasa de natalidad se ve gravemente afectada por el aborto, lo que contribuye a un envejecimiento poblacional que justifica la apertura de fronteras. «Nacen 400 mil españoles por año y se abortan 100 mil. Reducen la natalidad en un 20%. España tiene una tasa de natalidad de 1,1% con eso estás por la mitad de lo que necesitas para cambiar la población y la gente envejece, por eso se abren las fronteras», señaló.
Este segundo congreso no solo reafirmó la importancia de defender la fe en tiempos de cambios profundos, sino que también llamó a la acción en múltiples frentes, desde la economía hasta la cultura, con el objetivo de preservar los valores que definen a la sociedad paraguaya.