Por Natalia Rodríguez
Cuando pregunto ¿escucharon hablar sobre la batalla cultural? Tímidamente responden dos o tres personas de un grupo de 50 o más, y como mi rol es divulgar la investigación a la que muchos intelectuales han dedicado sus vidas; es para mí una obligación moral lograr despertar el interés de quienes deseen profundizar.
De niña siempre tuve mucha curiosidad, quería entender temas de adultos (como todos los niños), a muy corta edad quería comprender por qué los hombres no podían embarazarse. A los mayores les llamaba la atención mi pregunta recurrente; ¿un varón puede tener bebé dentro de su panza? Mi mamá, con cierta paciencia y con mucha sabiduría me decía, los varones son diferentes, tienen otra naturaleza física; ¿acaso no somos todos iguales? Decía yo, ella como respuesta final y contundente «Dios nos hizo iguales ante sus ojos pero distintos», ellos (sexo masculino) no pueden ni podrán nunca embarazarse. Esa respuesta era como placebo para mí, aunque en lo más íntimo de mi ser quería que mi amigo de juegos pueda dar a luz y se convierta en mamá, él desde muy niño se expresaba como una nena más, y en mi mente infantil quería hacer real ese ideal.
Así el tiempo, la investigación, la adultez me hizo entender cuestiones tan simples como esas; cuando escribo esto pienso, ¿será tan simple? Especialmente en estos tiempos, donde todo se relativiza, cuando nos insisten con el cambio de sexo, con la cantidad de definiciones para aceptar que un hombre vestido de mujer puede ser reina de belleza, que un varon pueda competir en un deporte de contacto con una mujer y así superar por lejos a su oponente.
A continuación y a vuelo de pájaro mencionaré algunas frases escritas de militantes del postmodernismo- dicho sea de paso- es un movimiento político-artístico reaccionario al periodo de la ilustración, ataca al modernismo. Esta etapa en la que estamos viviendo tiene sus padres, cito a dos de ellos; Michel Foucault y Jacques Derrida; estos proponen la des-construcción, la emotividad (supremacía de los sentimiento), la subjetividad, además de las micro luchas que se combaten en todo tipo de relación intersubjetiva del ser humano. Para entender los desquicios de esta era, la era de la emoción; y así para que sea el lector, ávido por aprender, sea el que saque sus propias conclusiones.
Así tenemos a la conocida pensadora y novelista francesa, en su libro «El segundo sexo», es ella quien desarrolla los temas del movimiento feminista y separa lo biológico de lo cultural; es autora de su la frase: «No se nace mujer, se llega a serlo» entendiendo al ser humano neutro.
Una conocida activista del feminismo, la escritora estadounidense Andrea Dworkin basó sus escritos sobre la cultura y el sexo; expuso sobre la supremacía masculina ella expone: «Toda relación heterosexual es una violación contra la mujer».
Otra referente del feminismo, nada tiene de femenino; es más tiene mucho resentimiento hacia la mujer biológica, es referente y activista lesbiana francesa es Monique Wittig; ella expresa en «El pensamiento heterosexual» libro donde lleva adelante de neutralizar los sexos, así: en sus mismas palabras: «La mujer no existe» «y lo personal es político».
Judith Butler pone el foco en la cuestión transexual «La multiplicación paródica impide a la cultura hegemónica y a su crítica confirmar la existencia de identidades de género esenciales o naturalizadas» «El travesti se burla del modelo que expresa el género, así como la idea de una verdadera identidad de género».
Leonor Silvestri es una escritora argentina, esta particular referente del activismo postmoderno afirma: El mundo pertenece a los heteros que alardean esa libertad en nuestras caras. ¿Por qué tiene que venir a nuestros cumpleaños, nuestras marchas, nuestros rituales, nuestras ceremonias?. No los queremos estamos en contra del heteropatriarcado- continua- El mundo le pertenece a los heteros y no lo cederán voluntariamente. Habremos de tomarlo por la fuerza. Habremos de forzarles el cu.. Para que lo abran.
Vengo de la academia, de ahí donde estas expresiones son aceptadas como dogmas, donde cada día hay más soldados defendiendo y divulgando las ideas de intelectuales de izquierda que han copado las aulas y han hecho de occidente un campo de batalla para ir en contra de los avances del modernismo, como así también ir en contra de la dignidad del ser humano, las instituciones tradicionales, la familia, la iglesia, están siendo atacadas.
Parece una novela, un cuento donde muchas mentes de niños deciden llevar a la práctica ideas tan infantiles, estas mentes del postmodernismo reciben y se mueven gracias al sistema que ellos mismos demonizan, gracias al capitalismo; es muy lógico pensar que así como hay ideólogos de estos trastornos (el feminismo fundamentalista, el activismo woke, entre otros); hay financistas y hay personas que se creen adultas con mentes lúcidas para dirigir a las masas, todo tiene lógica cuando entendemos que los procesos en la naturaleza se dan con el tiempo, con la madurez, con el razonamiento y el cuestionamiento.
Cerrando este escrito, digo no se trata de un juego de niños, se trata de tomar conciencia y dar respuesta adulta a la batalla cultural, así como también es política, es metafísica, es deportiva, es psicológica y está en marcha contra la dignidad del ser humano, finalmente viene a mi mente la frase de uno de los referentes más sensatos que tuvo el modernismo, Francis Bacon: «No se puede vencer a la naturaleza sino obedeciéndola».