Durante la pandemia declarada debido al COVID-19, la República de China (Taiwán) es una de las naciones que mejor a manejado y resuelto el tema. Minimizando el impacto en la ciudadanía, pero, a pesar de esto, Taiwán sigue notablemente ausente de una discusión que nos afecta a nivel global, sigue siendo excluida de la OMS.
La exclusión de Taiwán de la OMS, además de ser una injusticia, debilita los esfuerzos internacionales para abordar los temas de salud pública, poniendo en peligro la seguridad y el bienestar de millones de personas en todo el mundo.
Taiwán, a pesar de sus impresionantes logros en salud pública y medicina, ha sido sistemáticamente excluido de la OMS debido a la interferencia política de la República Popular China, aumentando las sospechas de que el sistema de colaboración multilateral que debiera ser la OMS, está corrompido.
Este año, por octavo año consecutivo, venció el plazo para inscribirse en la 77ª asamblea general de la OMS y Taiwán, que no es miembro de Naciones Unidas (Por el veto de la China comunista), no pudo formalizar su solicitud porque no recibió una invitación formal del organismo, ignorando los derechos de 23,5 millones de taiwaneses y de muchos otros millones que se podrían beneficiar de la experiencia de ese país.
“La estrategia sigue siendo la misma que el año pasado, buscando activamente el apoyo de más países y trabajando en conjunto con la Secretaría de la OMS. Mediante negociaciones directas, discursos públicos y métodos escritos, Taiwán se ha ganado a más países y a un nivel más alto que antes”
Joseph Wu. Ministro de Relaciones Exteriores de la República de China (Taiwán)
¿Cómo deben reaccionar las democracias del mundo ante esta situación?
Es hora de que la comunidad internacional defienda el ingreso de Taiwán a la OMS por sus méritos y contribuciones significativas y condene los bloqueos injustificados impuestos por China. La inclusión de Taiwán en la OMS no solo fortalecerá la capacidad de la organización para abordar las emergencias de salud pública, sino que también enviará un mensaje claro de que la política no debe prevalecer sobre la salud y el bienestar de las personas.