Un exasperado Bill Maher, famoso por no tener hijos propios, preguntó el viernes en ‘Real Time’ por qué era él quien siempre intentaba defenderlos.
En su editorial “New Rules”, Maher apunta contra el impactante documental de Max Calma en el set, que detalla lo que las jóvenes estrellas del pasado soportaron en el set de Nickelodeon. “Dios mío”, fue la salva inicial de Maher.
Maher dijo que el Nickelodeon que aparece en la foto “no es un estudio, es Neverland Ranch con servicios de artesanía”. Dijo que el documental es “escena tras escena en la que las estrellas infantiles de su época se enfrentaron a… degradación”.
El documental fue la comidilla de la ciudad de Los Ángeles, dijo Maher, pero señaló que el gobernador de Florida, Ron DeSantis, fue objeto de burla cuando dijo lo mismo sobre las acciones de Disney.
Cita la famosa frase de Willie Sutton sobre robar bancos “porque ahí es donde está el dinero”. La razón por la que encontramos pedófilos en ciertos rincones del mundo del espectáculo dice Maher, es porque “ahí es donde están los niños”. Señaló que “DeSantis no se equivoca” y expresó su desdén por el hecho de que la izquierda “apoyaría a los niños si el lado equivocado lo dijera”.
Por ejemplo, señala cómo Brian Peck fue recontratado para trabajar en una serie infantil después de cumplir una condena de 16 meses por acoso. “Para los pedófilos de Hollywood, es un mundo pequeño”, dijo.
Maher dice que no puede fingir que ciertas cosas son geniales.
“El wokismo ya no es una extensión del liberalismo. Esto lleva las cosas tan lejos que hace todo lo contrario”. Enseñar a los niños a no odiar es algo bueno, “pero, en cierto punto, la inclusión se convierte en promoción”.
Los niños son “tontos crédulos que sólo quieren complacer a los adultos”, dijo Maher. Por lo tanto, hablar incesantemente sobre género a un niño de seis años es “lo que las fuerzas del orden llaman trampa”. Sugiere que alguien hará algo que de otro modo no haría, dijo, “y si no crees que eso está sucediendo, no has visto ningún video de TikTok”.
“Tal vez deberíamos pensar en darles a los niños un descanso de nuestras guerras culturales”, concluyó Maher.