Muchos analistas sostienen que Ucrania, en realidad, fue lanzada por sus aliados de la OTAN a una contraofensiva que justificara el armamento recibido pero que imponía un excesivo costo en hombres y equipos.
Es evidente que la guerra en Ucrania no cesará con más armas, muerte y destrucción promovida por USA y que, para lograr la paz, Occidente debe dejar de apoyar a Ucrania y buscar la diplomacia. Si hay algo certero en este conflicto, es el negocio de los poderosos fabricantes de armas.
En ese sentido, y a pesar del enorme auxilio militar y armamentístico de USA y de la UE al país administrado por Volodymyr Zelensky, no existen registros del supuesto éxito de la contraofensiva iniciada en junio por el ejército de Ucrania dramáticamente relatada por los medios occidentales.
Por ello, el secretario de Estado de USA Antony Blinken irrumpió en Ucrania sorpresivamente el miércoles (06/09/2023) para una evaluación de primera mano de la fracasada contraofensiva y el anunciamiento de otro paquete de ayuda militar para Kiev de hasta 200 millones de dólares.
La visita del secretario de Estado de los Estados Unidos acontece horas después de que se instalara una futura reunión entre Vladmir Putin y Kim Jong-un, en la que acordarían la entrega de armas a Moscú.