Quienes solemos naufragar en redes sociales sabemos que la frase del título es una de las expresiones más usadas para graficar a aquellos que, por sus acciones o sus palabras, destaca sobre el resto por su nivel de estupidez.
Y si, también sabemos que la condesa del valle de San Bernardino, también conocida como Celeste Amarilla, es una abonada a esta expresión; tanto así, que a veces sospecho que lo hace de manera deliberada, después recuerdo que para parecer estúpido sin serlo hay que ser inteligente y cambio de opinión.
De lo que hablo ahora mismo, es de la última afirmación de la senadora, en la que refirió que para hacer periodismo es necesario título habilitante; no solo desconociendo la diferencia entre un oficio y una profesión, sino que, también, desconoce que los más grandes, los más importantes y los más reconocidos periodistas de la historia no pasaron por la facultad, al menos no una de periodismo.
La senadora no es santa de mi devoción, ni siquiera es santa de hecho; pero, aun así, uno siempre alberga esperanzas de que sus legisladores usen el cerebro porque, al final del día, nuestras vidas y haciendas dependen de ello. Pero no, la condesa del valle de San Bernardino siempre se las ingenia para llevar la estupidez a un nuevo nivel.
Irónicamente, quien mejor definió el grado de estupidez de la senadora fue Hugo Portillo, y digo irónicamente porque sin serlo, lo hizo con la gracia de un periodista… preguntando. Con tu torpe razonamiento, ¿para ejercer la política, necesitas un título de Ciencias Políticas?, le preguntó Portillo a Amarilla en sus redes sociales.
Usted senadora, que a pesar de sus claras limitaciones ama jugarla de sabia hágale caso a Pitágoras, que dejó un gran pensamiento para la posteridad:
Recuerde siempre esa frase senadora, reconozca sus limitaciones y, a partir de eso, trabaje para lo que le estamos pagando. Muchas gracias por su atención.