Luis Ramírez, psicólogo y especialista en temas de educación fue elegido por el presidente electo, Santiago Peña, como futuro ministro de educación. Conversamos con él y planteamos algunas dudas que teníamos respecto de sus posiciones.
¿Lo que hallamos? Una persona abierta al debate y sin medias tintas que espera ser «juzgado» por los padres por sus acciones al frente del ministerio.
¿Qué lo llevó a aceptar la designación de Santiago Peña al frente de la cartera de educación?
Lo primero es decir que no ha sido una decisión sencilla, ya que ser ministro es una tarea de entrega plena y full time. Tengo la plena consciencia que va a afectar mi vida en distintos sentidos, por ejemplo, yo soy un hombre de familia, que disfruta del hogar que he construido con mi esposa, mis hijas, mi madre, mis hermanos y mis amigos, ellos son parte de ese día a día que me hace feliz y sé que, a partir de ahora, mis rutinas cotidianas han de cambiar. Igualmente, desde hace más de dos décadas estoy desarrollando diversos proyectos educativos en el Paraguay, junto a mi vida profesional en el ámbito de la neuropsicología, la psicología deportiva y la innovación en el campo de la educación para la comprensión y el desarrollo socioemocional; todas estas son actividades laborales que me resultan sumamente gratificantes. Dicho de otra forma, soy una persona que tiene una experiencia de vida plena de sentido, con sus dificultades, pero con mucho amor y realización.
En lo personal, sólo tengo un motivo que me lleva a aceptar la tarea de estar al frente de las gestión del Ministerio de Educación y Ciencias; esa razón es, liderados por el Señor Presidente de la República, colaborar con la sociedad paraguaya, con la familia, los docentes, los representantes legítimamente elegidos por el pueblo paraguayo y las instituciones de nuestro país, para que el Sistema Educativo Nacional, pueda lograr alcanzar los fines y objetivos de la educación paraguaya, según lo estable la constitución Nacional y la Ley Nº 1264 General de Educación.
Dicho concretamente, quiero servir a mi país, quiero que los niños, niñas, adolescentes, jóvenes y adultos puedan acceder, sin discriminación alguna, a una educación integral, permanente y de calidad. A mí, hoy, me guía un deseo íntimo y sincero de colaborar, de hacer algo por los demás y de acompañar un proyecto de gobierno orientado a que los paraguayos y paraguayas estén mejor. En este sentido, juega un rol fundamental el hecho de que el Presidente de la República, Santiago Peña, vaya a liderar ese “estar mejor” en el campo de la educación. Todo esto es lo que me llevó a aceptar ser ministro de educación.
Muchas de las personas que están a su alrededor, en su vida cotidiana, son militantes del «ANR nunca más» con todo lo que eso conlleva. Incluso, algunos de ellos han participado o al menos han celebrado hechos violentos como la quema de “colorado roga”, ¿No cree que eso le juega en contra?
Yo creo que la política es un espacio de construcción de vínculos en pos del bien común, donde el ideal es que todos podamos impulsar espacios de diálogo, proyectos y acciones que beneficien a la población en general.
Con esto quiero decir que yo entiendo, que la vida política, significa un vínculo ciudadano que implica tanto el consenso como el disenso, siempre en el marco de la convivencia democrática y dentro de ese marco yo me relaciono con personas que no son coloradas, a las cuales les he manifestado, respetuosamente, mi desacuerdo ante palabras o acciones que celebran la violencia verbal, física o mediática.
Para mí sin importar de donde provengan, los hechos violentos “juegan en contra” de la democracia paraguaya y esto yo siempre lo dejo en claro, porque yo estoy convencido de ese principio.
¿Están los docentes preparados para las nuevas tecnologías que pretende aplicar en el ámbito de la educación?
Estoy convencido, en base a mi experiencia de trabajo con los maestros y maestras paraguayos que, en primer lugar, los docentes están motivados para incluir los medios didácticos tecnológicos en sus clases; en segundo lugar, que durante la pandemia, dentro de las limitaciones de conectividad y acceso a equipos informáticos, usaron el celular para seguir dando clases; por otro lado los docentes paraguayos, hace tiempo, vienen reclamando ser capacitados y formados en el uso pedagógico de las tecnologías educativas.
¿Al momento de impartir una clase, usted preferiría basarse en la ideología o la biología?
El margen de la discusión está bien señalado en la Constitución Nacional donde deja bien en claro cuál es el fundamento de la educación paraguaya. Me estoy refiriendo, concretamente, al Artículo Nº 73 “Toda persona tiene derecho a la educación integral y permanente, que como sistema y proceso se realiza en el contexto de la cultura de la comunidad”. Dicho de otra forma, toda visión ideológica o parcial de la integralidad del ser humano, no es educación, sino adoctrinamiento.
El aula es un espacio donde se desarrollan procesos educativos integrales, que no pueden ser ideologizados, sino que se basan en los fines y principios de la educación paraguaya contenidos en los Artículos 9 y 10 de la Ley Nº 1264 General de Educación.
En otra entrevista usted desarrolló el concepto de educación inclusiva y en su respuesta incluyó el concepto de género en lugar de sexo. ¿Cómo entiende usted los conceptos de sexo, género e identidad? ¿Es el sexo una construcción social o es biológico?
El sexo es una condición bilógica y genética masculina o femenina con que nace un ser humano.
Lo primero es reiterar que, la educación paraguaya, desde la Reforma Educativa de 1993, sostiene una visión integral del ser humano.
En este sentido, todo lo que hace a la persona, no es producto de un solo factor, sino que es el resultado de la complejidad del ser humano. Así, la vida que se gesta desde el momento de la concepción, está vinculada a una familia que ama personalmente, que vive en una sociedad determinada, la cual tiene una cultura propia y que, en cada nuevo niño o niña se renueva y permanece.
Es importante recordar que, garantizar este proceso, en esta perspectiva, en el ámbito educativo, es “responsabilidad de la sociedad y recae en particular en la familia, en el Municipio y en el Estado” (CN Art. Nº 75) llevar adelante una “educación integral y permanente” (CN Art. Nº 73) a la que puedan acceder todos los paraguayos y paraguayas.
Hace unos días, cuando vivimos un hecho lamentable en el que un alumno asesinó a una docente, sobre el caso usted afirmó, en su carácter de psicólogo que, cito textual: “cuando una persona es negada en su ser eso genera violencia, es decir, negarle quien es y procurar que sea alguien que no es y eso lastimosamente hoy es la educación” ¿Cuál es su opinión del “enfoque de género” y la facultad de “auto percepción”?
La cita no hace referencia a la autopercepción, sino a que en todo vinculo humano hay un reconocimiento de uno mismo, del otro y del nosotros. Por lo tanto, para que exista un diálogo humano deben haber un “yo” y un “tú” que se valoran, se respetan y se humanizan.
Luego, en el ámbito de la escuela, la familia o el círculo de amigos, esos vínculos son parte de la construcción del proyecto de vida de la persona, la cual tiene sentimientos, pensamientos y valores que quiere que se reconozcan y se respeten. Todo esto hace al “ser persona” de una persona, valga la redundancia.
En el aula, el patio o la cancha de la escuela, disminuye la violencia, cuando existe una comunidad educativa que se propone valorar a la persona en su ser, hacer y compartir.
Con respecto a la última parte de la pregunta, nuevamente, en el marco de lo que se viene reflexionando en la educación paraguaya sobre el concepto de “género”, desde la Reforma Educativa de 1993 hasta hoy, la Constitución Nacional, en su Artículo Nº 48 es bien clara “DE LA IGUALDAD DE DERECHOS DEL HOMBRE Y DE LA MUJER. El hombre y la mujer tienen iguales derechos civiles, políticos, sociales, económicos y culturales. El Estado promoverá las condiciones y creará los mecanismos adecuados para que la igualdad sea real y efectiva, allanando los obstáculos que impidan o dificulten su ejercicio y facilitando la participación de la mujer en todos los ámbitos de la vida nación”. A partir de aquí se entiende el sentido del Artículo Nº 74 “Se garantizan el derecho de aprender y la igualdad de oportunidades” sin discriminación por el género, por ser hombre o mujer.
Por lo tanto, queda claro que no hay lugar, en el sistema educativo nacional, para cualquier ideología que quiera convertir el aula en una herramienta de adoctrinamiento político, económico, religioso o de cualquier índole, que tengan como objetivo manipular a los niños, niñas, adolescentes, jóvenes y adultos paraguayos.
En el caso de los niños, si esa autopercepción no coincide con su realidad biológica, ¿hay que apoyar, respetar y reconocer? ¿Aunque se auto perciba gato? ¿Dónde se pone el límite y con qué criterio?
Yo creo que alguien no puede percibirse fuera de su realidad biológica, por lo tanto no podría percibirse como gato.
Lo que queremos para la educación paraguaya es que los jóvenes puedan auto percibirse como lectores, como personas que puedan conversar, como alguien que tiene inclinaciones artísticas, como un individuo que no necesita exponer su vida en las redes sociales, como alguien que le gusta debatir, como una chica que no quiere ceñirse a un modelo corporal estilo “barbie”, como un chico que se puede emocionar y llorar o como una persona que cree en ideales y utopías antes que en ir detrás de lo material.
¿Dónde está el límite? Por lo menos en el ámbito educativo escolar, en contar con educadores y técnicos que puedan orientar estos procesos y para eso es importante lograr que se cumpla lo que se establece en el Artículo Nº 74 de la Constitución Nacional “Se garantiza igualmente la libertad de enseñar, sin más requisitos que la idoneidad y la integridad ética”. Con educadores idóneos y éticos, todo proceso educativo, en el ámbito escolar, encuentra su cause humano e integral.
¿Está familiarizado con el documento de Naciones Unidas «Orientación técnica internacional sobre educación sexual » que sería como una especia de guía oficial para escuelas primarias de todo el mundo? ¿Cree usted que hay que guiarse por este tipo de organizaciones?
Conozco ese texto, igualmente, como católico, conozco el documento “La identidad de la escuela católica para una cultura del dialogo” del año 2022, sumado al hecho de que, desde mis años de docente en la secundaria he tenido contacto directo con las diversas reglamentaciones y programas que el MEC y el CONEC han llevado adelante en torno al tema de la educación sexual en el ámbito escolar.
Así, pecando de reiterativo, los parámetros de las propuestas curriculares del sistema educativo nacional, sea en historia, matemáticas o educación sexual, se encuentran expresados en los fines (Ley Nº 1264 General de Educación Art. 9) y principios (Ley Nº 1264 General de Educación Art. 9) de la educación paraguaya.
En resumen, la prioridad hoy es tener propuestas educativas que respondan al contexto histórico, cultural, social y de desarrollo de la República del Paraguay, para que así se pueda discutir con los avances del conocimiento en el mundo, desde una perspectiva pedagógica paraguaya.