Francia enfrenta un inminente colapso de su sistema de pensiones, en crudo, en menos de dos décadas será insostenible, en gran parte porque el pago de las pensiones de los jubilados superará a los aportantes, un problema muy similar en varios países desarrollados.
La solución del presidente Emmanuel Macron parte de un criterio muy simple, incrementar el periodo de los aportantes, el cual, pasa de 62 a 64 años de edad, una diferencia de 2 años de edad que la inmensa mayoría de los trabajadores franceses no está dispuesto a aceptar. Razón por la cual, hubo importantes manifestaciones en todo el país como la paralización de los servicios de recolección de basura en París.
Macron, sabía que no contaba con los votos suficientes para aprobar su reforma en la Cámara Baja por lo que se valió de un precepto constitucional para imponer la misma vía Decreto Presidencial. Ello, generó mayor crispación en la población, a la vez, los sectores políticos también reaccionaron, la oposición introdujo dos mociones de censura contra el gobierno.
La primera moción contra Macron fue propuesta por Diputados Independientes y Regionalistas (considerados centristas o moderados) liderados por Bertrand Pancher, a la que se sumaron algunos Diputados de izquierda, para un total de 91 firmas. Paralelamente, el partido Agrupación Nacional de la excandidata presidencial Marine Le Pen, actuó por su parte presentando su propia moción de censura. Para que cualquiera de las mociones tenga éxito, requieren una mayoría absoluta en la Cámara que equivale a 289 votos.
Este lunes tuvo lugar una acalorada discusión en el parlamento francés, seguida de la votación de moción de censura contra el gobierno de Emmanuel Macron y su reciente decreto de reforma del sistema de pensiones, sin embargo, los centristas, los izquierdistas de la Francia Insumisa como la derecha de Le Pen no tuvieron los votos necesarios para derribar al gobierno de Macron, quien salvó su gobierno luego que la oposición obtuvo 278 votos, en gran medida los derechistas moderados de Los Republicanos, desobedecieron a su Jefa y no votaron en bloque.
Pero no todo quedará allí, las protestas y el malestar en las calles contra la reforma macronista no ha cesado con este revés parlamentario, a la oposición aún le quedan un par de alternativas, la primera es acudir ante el Consejo Constitucional, en caso de fracasar allí, podrán optar por el Referéndum de Iniciativa Ciudadana, para lo cual, la oposición deberá reunir 4 millones de firmas e iniciar un largo trámite administrativo que derivará en una votación.
Lo que sí es un hecho innegable, Macron ha salido terriblemente debilitado luego de esta reforma y todo indica que va camino a su peor pesadilla, pues, todos los sindicatos del país, los estudiantes, los partidos políticos de izquierda a derecha se han nucleado para rechazar esta medida, además, los temibles “chalecos amarillos” sin lugar a ninguna duda regresarán, con lo cual pondrán en jaque al gobierno de Macron.
Está prevista una gran movilización para este miércoles, el presidente francés quien apenas cuanta con un año de su segundo mandato quinquenal, ha quedado supremamente debilitado. Sin embargo, dado su estilo soberbio, difícilmente retrocederá en la reforma pese a estar ahora mismo en solitario, es decir, 7 de cada 10 franceses están en contra de la reforma, sin sindicatos, sin la mitad del parlamento y sin los estudiantes. Macron resistirá e intentará mantener a su Primera Ministra Elisabeth Borne el máximo tiempo posible.
Finalmente, lo que si es cierto, es que desde la semana pasada el presidente francés ha quebrado su relación con el legislativo y le será cada vez más difícil pasar cualquier reforma en esa instancia, por lo que el país estará nuevamente subsumido en una nueva crisis de gobernabilidad, esperemos hasta cuándo soportará Macron.