Un año y medio después de que se empezasen a comercializar las diferentes vacunas contra el coronavirus, hoy ha salido una información muy comprometedora para las grandes farmacéuticas, sobre todo para Pfizer.
La compañía estadounidense, que fue de las primeras en vender su patente, se ha sometido en los últimos días a una comisión del Parlamento Europeo en la que una de sus directoras ejecutivas, J. Small, ha confesado hechos muy graves ante los periodistas y parlamentarios que formularon las diferentes preguntas.
Una de sus respuestas ha desatado el caos en redes sociales. La pregunta, de Rob Roos, miembro del Parlamento Europeo, fue la siguiente: «¿Se testeó la vacuna Pfizer contra el contagio y transmisión del Covid antes de que entrara en el mercado? Si la respuesta es no, por favor dígalo claramente. Si es sí, ¿está dispuesta a compartir los datos con el comité? Quiero una respuesta directa».
«Respecto a la cuestión de si sabíamos si nuestra vacuna contra la transmisión del Covid era efectiva antes de que entrara al mercado, no, no lo sabíamos. Teníamos que movernos a la velocidad de la ciencia para entender lo que estaba ocurriendo en el mercado de las vacunas», afirmó Janine Small, ejecutiva de la farmacéutica, admitiendo que nos inocularos sustancias por el bien común sin haber sido estas testadas de forma correcta y segura.