Una tregua muy inestable se había decretado en Diciembre de 2020 cuándo la pequeña y valiente República de Armenia resistió una invasión de Azerbaiyán, país de la órbita de Turquía y que tiene mucha cercanía con la OTAN.
En estos días, sin embargo, se rompió dicha tregua y tropas azerbaiyanas invadieron la frontera armenia lanzando un masivo ataque de artillería y bombardeos. Se han reportado un centenar de muertos en ambos bandos, sin contarse heridos. Este conflicto es de larga data y ambos bandos reclaman territorios de la pequeña zona de Nagorno Karabaj al menos desde hace 40 años.
El ataque de Azerbaiyán coincide con la contraofensiva lanzada por Ucrania (aliada de la OTAN) sobre Rusia, que obtuvo ciertos éxitos especialmente en el frente de Járkov, dónde hicieron retroceder a las fuerzas del Ejército Rojo por varios kilómetros. Rusia respondió a este revés sufrido por sus fuerzas lanzando unos masivos bombardeos quirúrgicos sobre centros de producción eléctrica de Ucrania, dejando a gran parte del país a oscuras.
Rusia tiene un acuerdo de protección militar con Armenia y el ataque de Azerbaiyán la forzaría a abrir un «segundo frente» en esa zona, en coincidencia con la mencionada contraofensiva ucraniana que cuenta con el apoyo financiero y logístico de EEUU y las Potencias Occidentales.