Hungría está siendo foco de los medios de comunicación por unas afirmaciones del primer ministro Viktor Orbán, además de su reciente aparición en la CPAC (uno de los eventos conservadores más grandes) de Texas, pero en este artículo nos vamos a centrar en su aspecto económico porque es realmente exitoso.
Desde que dejaron de estar bajo el yugo del socialismo soviético, los países del Este han prosperado sobre todo en el plano económico. Esto se debe principalmente a que abrazaron la libertad económica y el libre mercado y dejaron atrás al intervencionismo más férreo.
Una de las ventajas de estos países es, como indica el propio primer ministro húngaro Viktor Orbán, que «estamos vacunados contra el virus del progresismo«. Esta afirmación viene determinada porque la mayoría de países del Este, sufrieron los totalitarismos nazi y soviético. Asimismo, la mayoría de estos países también están parando el progresismo, ya que ven que es la excusa perfecta para colar por la puerta de atrás las ideas colectivistas.
Datos concretos
Hungría es uno de los países que más crecimiento económico ha tenido desde la caída del muro de Berlín. Desde que se tienen datos después de la era comunista húngara, su PIB per cápita ha aumentado un 833,52%. En 1991 los húngaros ostentaban una renta per cápita de 1.700 euros y en 2021 ascendió a 15.870 euros.
Asimismo, en tan solo 11 años de la administración Orbán, su PIB per cápita ha crecido un 68,11% desde 2010, pasando de una renta de 9.440 euros a ascender a 15.870 euros. De hecho, Hungría solo está dos puntos por detrás de España en relación al PIB per cápita en paridad del nivel de vida.
Para tener una perspectiva más real de cuánto cobra cada húngaro tenemos que irnos al salario medio real (masa salarial/numero de trabajadores asalariados), en el caso húngaro, en 2021 fue de 10.129.683 florines húngaros (unos 25.643 euros). Es decir, el salario real medio aumentó un 16,51%, puesto que el húngaro medio pasó de cobrar 22.031 euros a 25.643, según la OCDE.
El PIB de Hungría ha crecido a un ritmo constante del 2,5% anual desde 1990, uno de los mayores crecimientos de todos los países de Europa. Desde 1994, solo ha habido 3 años en los que no ha crecido: 2009, 2012 y 2020, según The World Bank.
El 2020 no creció, debido a la pandemia provocada por la covid-19, algo que incluso no fue tan nefasto como lo fue en otros países, ya que su PIB solo cayó un -4,5%, en cambio la media de la OCDE fue del 5,9%. Además, en 2021 su crecimiento del PIB fue del 7,1%, según Eurostat.
Según Eurostat, además de todo esto, Hungría tiene una de las mejores tasas de desempleo, siendo la cuarta con el menor desempleo de la Unión Europea, con un 3,0%. Con una tasa tan baja se considera que hay pleno empleo. Asimismo es el noveno país con menor desempleo juvenil de toda la Unión Europea, con un tasa del 9,1%.
Además, mientras la mayoría de los países de la Unión Europea tienen un problema serio con la deuda, en el caso particular de Hungría no es así. Antes de la covid, tan solo tenían un endeudamiento del 65,50%. Así lo indica DatosMacro.
Es más, la revista The Banker ha concedido a Hungría el premio The Banker’s Deals of the Year Awards 2022. La adjudicación se basó en los resultados del año pasado en el mercado internacional de bonos, en el que Hungría emitió con éxito bonos en dólares, euros y verdes a bajo interés y a largo plazo, dijo. El ministro de finanzas húngaro, Mihaly Varga, confirmó que el objetivo es mantener la estabilidad y situar la deuda pública, que aumentó debido a la pandemia, en una senda descendente, así como reducirla hasta cerca del 63% del PIB en los próximos años, como explicó en su post de Facebook.
Por todo ello, no es de extrañar que la agencia de calificación FitchRatings haya elevado el crecimiento del PIB del 5,1% en 2022 (frente la previsión de Better Business Bureau (BBB) del 4,4%) debido a los fuertes efectos de arrastre y a la sólida demanda interna en el primer semestre de 2022. El crecimiento económico en el primer trimestre de 2022 (2,1% intertrimestral) superó las expectativas del mercado, ya que el consumo privado se vio impulsado por el gasto fiscal previo a las elecciones. Los indicadores de la economía real correspondientes a los meses de abril y mayo sugieren que la economía húngara siguió creciendo a un ritmo rápido en el segundo trimestre de 2022, pero la agencia espera que la actividad se ralentice en el segundo semestre de 2022, obstaculizada por la elevada inflación y el débil entorno exterior.
¿Qué hizo Orbán para catapultar la economía húngara?
Antes que nada, tenemos que recordar cómo se encontraba el país antes de la entrada de la administración Orbán para poder saber la magnitud del problema económico que tenía el país por aquel entonces, ya que en 2009 el PIB se desplomó un 6,6%.
En 2010 el país había sido «rescatado» por el FMI con 20.000 millones de euros. Este plan coincidió con la entrada de Orbán. Sus dos primeros años en el poder no tuvieron una buena acogida económica, pero fue más tarde, en el año 2013, cuando empezó a despegar creciendo un 2,1% y más tarde con un 4,2% en 2014.
Las principales medidas económicas fueron las siguientes: una flexibilización del mercado laboral en 2012 que, facilitando el trabajo temporal, redujo las cargas fiscales asociadas al empleo y redujo el coste de despido. Una de las cosas más importantes fue su bajada impositiva en sectores claves como bajar el IRPF a un tipo único del 15% (cuando su máximo lo tenían al 32%). También el IS (impuesto de sociedades) pasó de ser del 19% al del 9% siendo el más bajo de toda la Unión Europea. El gasto del FMI fue pagado en el último trimestre de 2013 aunque estaba previsto para 2014.
Las contribuciones a la seguridad social de los empleados se han reducido 2 puntos porcentuales, pasando del 17% al 15% desde 2022 y se ha simplificado aún más el sistema fiscal. Como resultado de los cambios, 250.000 millones de florines (unos 683 millones de euros) permanecerán en las empresas cada año año, agregó el Ministro de Finanzas.
Además, los autónomos no tendrán que pagar el impuesto sobre la renta de las personas físicas (IRPF) hasta la mitad del salario mínimo anual y los interesados también podrán beneficiarse de la posibilidad de una desgravación fiscal familiar. La medida ayudará a 70.000 empresas, según el ministro. Además, los menores de 25 años no tendrán que pagar IRPF, lo que fomenta que los jóvenes puedan invertir en la creación de su propia empresa o en sus propios proyectos.
También se reducirá la tasa impositiva sobre las criptomonedas reduciéndose del 30,5% al 15%.
Las consecuencias tras este gran plan económico no tardaron en llegar, puesto que el crecimiento del PIB en los años siguientes fueron de escandalo, creciendo un 4,3% en 2017, un 5,4% en 2018 y un 4,6% en 2019. Asimismo, el PIB per cápita ha crecido un 68.11% desde 2010, pasando de ostentar una renta de 9.440 euros a ascender a 15.870 euros. Además, de reducir la cuña fiscal en un 10% en tan solo 10 años, lo que ha supuesto la mayor rebaja fiscal de la UE.
Con estas medidas, por un lado la deuda cayó del 80% en 2010 al 65,50% en 2019 y actualmente, post pandemia, está en un 76,80%. Por el otro, el paro pasó de un 11,2% a un 3,0% en junio de 2022. El salario real medio aumentó un 16,51%, puesto que el húngaro medio pasó de cobrar 22.031 euros a 25.643.
Viktor Orbán sabe que ser exitoso en la clave económica es fundamental para seguir gobernando el país, además de sobrevivir a nivel internacional. En la pasada conferencia de la CPAC de Texas, afirmaba lo siguiente: «Nosotros creemos que el dinero de la gente tiene que estar en sus propias manos».
El apoyo a la familia
La familia ha sido una prioridad para el partido político Fidesz. Al tomar el poder, Hungría poseía una tasa de fertilidad del 1,25%, con 3,6 matrimonios y 40.000 abortos reportados. En al año 2011, se aprobó la Ley Fundamental para defender la familia, el matrimonio y la vida humana. Esta ley incluía ciertos elementos que contribuían (y contribuyen) a la protección de la familia. La ley señala que la vida del feto está protegida desde el momento de la concepción; también, que Hungría protegerá la institución del matrimonio entendiendo el mismo como la unión de un hombre y una mujer.
Con las políticas de Novak, Hungría destina un 4% del PIB a proteger y promocionar la familia, cosa que ningún otro país de la UE ha hecho. En segundo lugar, incentiva a los húngaros para aumentar la natalidad. Todo lo anterior, se traduce en el Plan de Acción para la Protección de la Familia. A través de dicho programa, se facilita el acceso a los matrimonios a un préstamo de 29.000€ sin intereses. En función del número de hijos que se tengan, el programa se gestiona de la siguiente manera: si se tienen dos hijos, se debe devolver un tercio; con 3 hijos o más, no hay necesidad de devolver el crédito y la madre queda exenta de pagar IRPF de por vida. Gracias a esta instrumento legal, más de 200.000 familias húngaras han salido beneficiadas.
Esta y otras medidas, unidas a un gran progreso económico han provocado que Hungría pueda revertir los números del 2010. ¿Qué datos muestra Hungría en la actualidad? Menos de 20.000 abortos reportados, un aumento de la tasa de fertilidad con 1,55 hijos y 5,2% matrimonios por cada mil habitantes. Esto significa que la tasa de fertilidad entre 2010 y 2020 aumentó un 24% y los matrimonios en esa década se duplicaron.
En palabras de la exministra de familia húngara y actual presidenta de Hungría, Katalin Nóvak: «Nosotros tenemos una cultura y unos valores cristianos a los que no vamos a renunciar. No consideramos la inmigración ilegal como la herramienta para solucionar la crisis demográfica. Nosotros pensamos y vemos que el futuro está en nuestros hijos. Eso significa que nos gustaría empoderar a los jóvenes húngaros para que puedan tener todos los hijos que deseen».
Otros factores
El área económica no es el único factor de atracción de inversiones y nuevos residentes a Hungría, sino que hay otras variantes que se tienen en cuenta para poder establecerse en un país y que son fundamentales.
En primer lugar, tenemos que tener en cuenta el idioma predominante, que en un mundo globalizado como el nuestro es el inglés. Hungría en este aspecto es un muy buen país, porque, según el ranking de EF english proficiency index, está en el número 17 (de 112 países) de mejores países con nivel de inglés. Además, su capital, Budapest, está en el número 11 (de 112 ciudades) de mejores ciudades con nivel de inglés.
En segundo lugar, una de las cosas más importantes es la seguridad de un país para poder establecerse, algo clave por si se quiere permanecer una larga estancia. En el caso de Hungría, es el cuarto país más seguro, según Eurostat.