Quienes vieron la primera película de la saga de Matrix podrán recordar cuál fue la indicación que Morfeo da a Neo: “Sigue al conejo blanco”, y luego vemos cómo el personaje de Neo se encuentra en una serie de escenarios en donde va en búsqueda de la verdad. El símbolo del conejo blanco, como por ejemplo en la película “Alicia en el País de las Maravillas”, tiene un significado relacionado a la conexión con la verdad sobre las cosas que vivimos y no nos damos cuenta, o vemos y no estamos lo suficientemente despiertos para reconocer a simple vista. De allí también surge la imagen del conejo blanco como quien tiene la intención de mostrar la verdad, por eso, y cito un artículo recientemente leído: “No te lo pienses: si te lo encuentras, sigue al conejo blanco, significa que el universo quiere mostrarte algo.”
En contrapartida, existe también el conejo gris o negro que, como de seguro es predecible pensar, intenta desviar a las personas del camino de la verdad, quiere distraer a quienes se dirigen por el camino recto buscando respuestas a distintos dilemas personales, e incluso sociales y de trascendencia en general.
A días de finalizar el año 2021, personalmente puedo decir que ha sido una etapa en la que me encontré con un montón de conejos blancos y grises, dícese de personas y situaciones que han querido mostrarme el camino correcto como también distraerme de perseguir la verdad.
Con sus altos y bajos, el año 2021 no termina de enseñarme el verdadero valor de la libertad, de la importancia de poder seguir expresándonos libremente en distintos ámbitos y que es lo más valioso que se nos ha regalado desde el inicio de nuestra existencia.
Con la libertad que hoy tenemos, podemos decidir a qué conejo seguir y qué verdades queremos descubrir, tenemos la libertad de elegir los caminos que se nos presentan y de tomar decisiones que puedan forjar nuestro futuro. Perseguir a un conejo blanco significa también seguir a alguien o algo ciegamente, desembocando en aventuras y descubrimientos y, ¿cómo podríamos hacerlo sin libertad?
Ya que estamos hablando de libertad, verdad y despidiendo un año no muy fácil para todos, no está de más recordar a un gran referente del liberalismo que nos ha dejado en este noviembre, Antonio Escohotado; quien en su juventud ha sido un revolucionario de las ideas comunistas y que luego, se pasó al lado libertario, con sus ideas que se basaban en un eje entre libertad versus autoritarismo, dejando de lado las discusiones simples de izquierda versus derecha. Quizá se puede decir que Antonio persiguió al conejo blanco que lo llevó hacia el camino de la verdad sobre el liberalismo y terminó escribiendo magníficas tesis doctorales y ensayos hablando al respecto. En una de sus frases decía: “No admito estancamientos porque a mí lo que me gusta es conocer y eso nunca tiene fin.” Y creo que es digno de seguir ese lema como personas que estamos en búsqueda de la verdad.
No quería dejar de compartir esta breve reflexión antes de terminar este año e iniciar otro en el que, probablemente, nos veamos aún más llamados a defender la libertad y otros derechos inherentes al ser humano, como lo es la vida misma. Y quiero invitar a que, con la libertad que hoy aún tenemos, podamos hacer uso de la misma para descubrir cuál es el conejo blanco que se nos presenta para mostrarnos la verdad, ya sea una persona o una situación en concreto, y que no dejemos pasar la oportunidad de perseguirlo y llegar a entender cosas que quizás antes ni siquiera nos cuestionábamos.
¡Por un 2022 (y los años que se vengan) con libertad y valentía para enfrentar lo que sea! ¡Salud!