La vacunación obligatoria impuesta por el Gobierno de Joe Biden está logrando una insurgencia por parte de trabajadores de primera línea en todo el país. Los primeros en levantarse fueron los empleados aéreos, ahora es la policía.
Como protesta, algunos policías de Seattle colgaron la bandera libertaria cuyo lema es «no me pises» en sus patrulleros. Esta acción de protesta surge para manifestarse contra un mandato de vacunación en toda la ciudad, el cual entró en vigencia a la medianoche del lunes, 18 de octubre.
Históricamente la bandera con la serpiente amenazante ha simbolizado la lucha contra la tiranía. En vista que la vacunación obligatoria atenta contra la primera enmienda de la Constitución, los policías usan el símbolo para reclamarle al gobierno local y federal que no pisoteen sus derechos, pues por ordenanza de Seattle, deberán mostrar la prueba de vacunación. De lo contrario, se arriesgan a perder sus trabajos.
El portavoz de la policía de Seattle, el sargento Randy Huserik, dijo que los oficiales que no entregaron su documentación de verificación de vacunas antes de la medianoche del 18 de octubre probablemente «serían despedidos».
Destacó cómo el plazo definiría cuántos policías prefieren renunciar antes que vacunarse. Sin embargo, resaltó que «el Gremio de Oficiales de Policía de Seattle todavía está en negociaciones con la ciudad sobre acomodaciones para aquellos que se oponen a la vacuna».
Según el reportero local Jason Rantz, la alcaldesa de Seattle, la demócrata Jenny Durkan, incluyó un pago extra a los policías y de esa manera lograr que se vacunen. En consecuencia, algunos oficiales planean tomarse un tiempo libre para decidir qué harán a largo plazo. Rantz señala que no parecen ansiosos por quedarse en la SPD (el Departamento de Policía de Seattle, por sus siglas en inglés). Y asegura que otros explicaron que van a dejar la institución a finales de año, como consecuencia de esto.
En las imágenes se puede observar a los oficiales protestando con la bandera libertaria en contra del mandato.
La protesta de los policías podría ser sancionada. La Oficina de Responsabilidad Policial de Seattle (OPA) está abriendo una investigación sobre las fotos que circularon en redes sociales de vehículos del Departamento de Policía de Seattle adornados con la bandera libertaria.
A través de Twitter, SPD informó que había enviado esas fotos a la OPA para una investigación. También envió afirmaciones en las redes sociales de que los agentes del SPD habían estado «tocando la bocina y dando golpes» en apoyo de una protesta contra el mandato de la vacuna que tuvo lugar frente al Ayuntamiento.
La política de conducta de los empleados de SPD establece que los oficiales no pueden usar las instalaciones de la Ciudad para «propósitos políticos» o usar «su puesto en la Ciudad para respaldar u oponerse a un candidato o asunto de votación».
Sin embargo, la historia de la bandera de Gadsden se remonta a antes de la Guerra de Independencia y ha sido utilizada incluso por las Fuerzas Armadas. En el bicentenario de la independencia, por ejemplo, la Armada la colocó sobre sus barcos.
Las represalias contra la policía que se opone a la vacunación obligatoria no se limita a Seattle. En otras ciudades grandes también. Un juez ordenó al presidente del sindicato de policías más grande de Chicago que deje de hacer declaraciones alentando a los oficiales a desafiar el mandato de vacunas de la ciudad.
La orden de restricción se emitió al día siguiente que la ciudad demandara al sindicato policial y a su presidente, John Catanzara, alegando que estaban «alentando un paro laboral o una huelga» al sugerir que las oficinas no informaran su estado de vacunación contra la COVID-19.
En respuesta, el sindicato policial ha presentado una contrademanda contra la ciudad, la alcaldesa Lori Lightfoot y el superintendente. David Brown, alegando que no manejaron adecuadamente el mandato.
Catanzara compartió un video el martes en el que instó a los oficiales a desafiar el mandato. Pero podría costarles el sustento, ya que las autoridades anunciaron que aquellos que no se reporten serán colocados en un estado sin pago.
Lo cual podría resultar en que la mitad de los oficiales sean sacados de las calles, según Catanzara.