En una acción propia de un parlamento como el de Venezuela, el presidente de la Cámara de Diputados, Pedro Alliana, ordenó apagar el micrófono del diputado Jorge Brítez argumentando cuestiones reglamentarias pero, a todas luces, es cada vez más difícil salirse del discurso de las mayorías sin ser censurado.
El término con que se designa a la asamblea de los representantes populares deriva del francés parlement, vocablo que expresa la acción de parler (hablar): un parlement es una charla o discurso, algo para lo que en definitiva, les estamos pagando… y muy bien.
Censurar a un PARLAMENTARIO, señor Alliana, sin importar que usted piense que es incorrecto lo que dice no es censurar a ese diputado, es censurar al pueblo que lo votó, téngalo en cuenta cuando ese pueblo se lo reclame, nuevamente, en la urnas.