El periodista Tucker Carlson ha entrevistado en la cadena FOX al primer ministro de Hungría, Viktor Orbán, en un comentado encuentro en el que el líder del Fidesz explica por qué tanto él como el país que dirige están en el punto de mira de Bruselas y en el que da las claves del éxito del modelo de Gobierno húngaro.
A continuación, y por su valor informativo, reproducimos la entrevista íntegra a Orbán.
-Señor primer ministro, muchas gracias. En 2015 cientos de miles de inmigrantes aparecen en su frontera sur, aparecen por toda Europa, llegan a Alemania y el resto de la UE dice “bienvenidos, por favor, venid, podemos manejarlo, somos lo suficientemente fuertes”. Hungría se queda sola y dice que no. ¿Por qué tomó una posición diferente sobre la inmigración a la de otros países europeos?
Era el único comportamiento razonable. Si alguien, sin obtener ningún permiso en nombre del estado húngaro, cruza la frontera, tienes que defender tu país y decir: “paren”. Si quieren cruzar o quieren venir hay un procedimiento legal, y entonces tenemos que permitirlo, pero no pueden cruzar sin ningún tipo de limitación y sin permiso, ni sin la contribución o el control del Estado húngaro. Es peligroso, tienes que defender a tu gente de cualquier peligro.
-Y usted cree que tiene el derecho a hacerlo…
Por supuesto, es un mandato de Dios, de la naturaleza, todos los argumentos están a nuestro favor porque este es nuestro país, es nuestra población, esta es nuestra historia, nuestro idioma, así que tenemos que hacerlo. Por supuesto, si estás en problemas y no hay nadie más cercano a ti que los húngaros, tenemos que ser útiles, pero no puedes decir simplemente: “está bien, es un país agradable, me gustaría que vinieses porque tendrás una vida mejor”, porque venir aquí no es un derecho humano, de ninguna manera. Porque es nuestra tierra, es nuestra nación, es una comunidad, familias, historia, tradición, lenguaje…
-Decir lo que acaba de decir, lo que creo que parecerá obvio para muchos de nuestros espectadores, fue muy ofensivo para los líderes de muchos países de Europa occidental.
Porque durante muchos años los países europeos decidieron abrir un nuevo capítulo de su propia historia de la nación. Lo llaman ‘una nueva sociedad’, que es una sociedad post-cristiana, post-nacional. Ellos creen firmemente que si diferentes comunidades, incluso las que tienen un gran número comunidades musulmanas, y el habitante original, las comunidades cristianas, se mezclan, el resultado de esto será bueno. No hay respuesta sobre si será bueno o malo, pero creo que es muy arriesgado y la posibilidad de que no sea buena y sea un resultado muy malo, es obvia. Y cada nación tiene el derecho a asumir este riesgo o rechazarlo. Nosotros, los húngaros, decidimos no correr ese riesgo de mezclar nuestra población. Esa es la razón por la que atacan con tanta dureza a Hungría, esa es la razón por la que mi reputación personal es tan mala, ¿sabes? Por la que me tratan como si fuese la oveja negra de la Unión Europea y, a veces, también en Hungría.
-Han pasado seis años desde que Alemania, desde que Angela Merkel tomó la decisión de dejar entrar en su país a varios miles de inmigrantes.
Millones, básicamente.
-Millones de personas no germanoparlantes, en su mayoría musulmanes, ¿cuáles han sido los efectos en Alemania?
Fue su decisión, corrieron ese riesgo y ahora tienen lo que se merecen. Esa es su vida, no me gustaría hacer ninguna categorización para describir cuál fue el resultado de su decisión. Solo insisto en que los húngaros tienen el derecho a hacer su propia elección.
-Usted comenzó a hacerse famoso a finales de los 80 como un líder estudiantil contra la ocupación soviética de Hungría y fue un héroe para muchos en los Estados Unidos y, durante la Guerra Fría a la que prestamos mucha atención, creo que el Gobierno de EE.UU. estaba de su lado y usted estaba del lado del Gobierno estadounidense. Y treinta años después, mientras Joe Biden se postulaba como presidente de Estados Unidos, el año pasado, en ABC News sugirió que usted, estoy citando, es un ‘matón totalitario’. ¿Es desconcertante para ti ver ese cambio? ¿Cómo respondes a esa caracterización?
En primer lugar, la reacción a ese tipo de opinión aquí en Hungría no siempre es muy educada, pero piensas: ¿quién es ese tipo para decir eso? Entonces piensas que es el presidente de Estados Unidos y, por lo tanto, deberíamos tomarlo en serio. De todas formas, alguien que no habla nuestro idioma, que tiene un conocimiento muy limitado sobre Hungría, incluso de nuestras últimas décadas, no nos entiende obviamente. Tener una opinión como esa es, en sí misma, una cuestión personal para los húngaros. Pero, como es el presidente de Estados Unidos, tenemos que ser muy modestos, respetuosos, y tenemos que esforzarnos en aclarar que lo que está diciendo es falso. Intentamos hacerlo de una manera educada porque respetamos a los estadounidenses, respetamos la democracia estadounidense y su cultura y no nos gustaría destruir nuestra relación porque la relación bilateral con los americanos es básicamente buena. Estamos cooperando bien en el campo de la defensa como aliados de la OTAN, la cooperación económica es excelente, EE.UU. es un gran inversor en Hungría, el comercio va muy bien, los empresarios estadounidenses están encontrando muchas posibilidades aquí, así que todo está bien excepto la política cuando los liberales están en el Gobierno en Washington. Ese es el problema, así que tenemos que manejar eso porque la buena relación entre los húngaros y los estadounidenses es un valor, incluso aunque los estadounidenses no lo perciban hoy como antes. Así que tenemos que salvar, lo que podemos salvar.
-Pero es un poco extraño, no creo que Joe Biden alguna vez se haya referido a Xi Jinping, por ejemplo, quien ha asesinado a muchos de sus oponentes políticos, como a un matón totalitario. No solo a ti, también se refirió así al Gobierno polaco…
Su problema es el éxito, es un verdadero desafío para los pensadores liberales lo que está sucediendo en Europa central, en Polonia y Hungría, probablemente más en Hungría porque hablamos demasiado sobre nuestras intenciones. Lo que está sucediendo aquí es la construcción de una sociedad que es muy exitosa económicamente, políticamente, culturalmente, incluso en demografía tenemos éxito, en la política familiar… lo que se puede ver aquí podría describirse como una historia de éxito, pero los fundamentos de este éxito son totalmente diferentes a los que muchos otros países occidentales desean, dirigen y crean por lo que los liberales occidentales no pueden aceptar que, dentro de la civilización occidental, haya una alternativa nacional conservadora que tenga más éxito. Por eso nos critican, están luchando por sí mismos, no contra nosotros, pero somos un ejemplo de que alguien, o un país, que se basa en los valores tradicionales de la identidad nacional, en la tradición cristiana, puede tener éxito, a veces incluso más, que el liberalismo izquierdista.
–Es interesante como estadounidense ver esto. Los medios estadounidenses, la administración Biden, se oponen a ti porque dicen que eres un ‘matón totalitario’. Tus oponentes en Hungría son una coalición de excomunistas y antisemitas. Es extraño ver a la izquierda estadounidense apoyando una coalición que incluye a los antisemitas.
Digamos que si me hubieran preguntado hace varios años si podría suceder que las fuerzas políticas excomunistas y la derecha antisemita estén formando una coalición y corriendo juntas en las elecciones contra un gobierno pro-israelí, pro-estadounidense y pro-otan con orientación occidental, como lo hemos hecho nosotros, mi respuesta hubiera sido: «no, es imposible». Pero ahora las comunidades internacionales lo aceptan, ya sabes, así que entiendo que, aquí en Hungría, a los partidos políticos les gustaría llegar al poder tan pronto como puedan, por lo tanto, intentan formar una amplia coalición contra el gobierno. Está bien, pero que la comunidad internacional los acepte con tanta facilidad, me sorprende. Especialmente el comportamiento de Estados Unidos es una experiencia totalmente nueva para mí.
– Parece que Hungría se está moviendo en una dirección completamente diferente a la del resto del continente, del mundo occidental, ¿crees que dentro de 20 años existirá una división infranqueable?
Describámoslo como yo lo veo. Los países de Europa central fueron los que más sufrieron, por la ocupación soviética y la dictadura comunista, así que, en estos países, mi enfoque, el enfoque húngaro es muy popular, probablemente obtendríamos una mayoría en esas sociedades. No solo en Polonia y Hungría. Esas naciones son más moderadas, pero sus fundamentos y sus motivaciones básicamente pertenecen a la misma ‘familia política’. De todos modos, en la sociedad occidental hay mucha gente, millones y millones de personas que no están de acuerdo con la dirección política tomada en este momento, que es contra la familia, o que no respeta a las familias, que se basa más en la inmigración, que es una sociedad “más abierta”… Así que no creo que la competición política haya terminado en las sociedades de Europa occidental, veo oportunidades . Italia es el país clave en este momento, donde la pelea y la competencia están muy abiertas. Así que veo posibilidades en los países occidentales de que sean capaces de cambiar su política, de liberal a conservadora, o de izquierdistas liberales a demócratas cristianos.
La posibilidad está ahí, pero no estamos bien organizados internacionalmente, así que los próximos años son realmente emocionantes.
-En las últimas noches en Budapest me he encontrado a varios estadounidenses que han venido porque quieren estar cerca de personas que están de acuerdo con ellos, que están de acuerdo contigo. ¿Ves a Budapest como una capital de este tipo de pensamiento?
La capital de ese tipo de pensamiento o una de las capitales porque los otros países de Europa Central también son muy competitivos y producen muy buenas ideas y organizan ese tipo de comunidades de conservadores y demócratas cristianos, pensadores como nosotros. Cooperamos con esos países para que ese tipo de redes se acerquen entre sí y se está obteniendo una red de Europa Central cada vez más real, pero no solo de pensadores, de ciudadanos comunes, ciudadanos promedio que se están mudando a países de Europa Central. Esto no es todavía demasiado dinámico, pero las señales son claras. Muchas familias cristianas, conservadoras, que piensan que Europa occidental no es lo suficientemente segura, o que el futuro es inestable, que no tienen seguridad pública y que la dirección ideológica de sus países o los valores básicos en los que se basan están cambiando y no son de su gusto. Están buscando otros lugares, aquí en Hungría puedes encontrar familias de Europa occidental que se han mudado para tener una segunda casa, ya que tenemos dentro de la UE esa libertad de movimiento, para en el futuro invertir más tiempo aquí.
Así que no podemos excluir del futuro de la historia europea una nueva migración: de oeste a este, dentro de Europa. Los cristianos y los conservadores intentan encontrar un hogar mejor, no podemos excluir eso.
-Hasta hace muy poco, Hungría, que es una nación pequeña, 10 millones de personas, tenía dos grandes aliados con armas nucleares: Estados Unidos e Israel. Probablemente era el aliado más cercano de Netanyahu en Europa, estaba cerca de Donald Trump y ambos se han ido. ¿En qué posición le deja eso?
Fuimos muy afortunados en los últimos años porque Donald Trump era un gran amigo de Hungría, nos apoyó mucho, no solo personalmente sino políticamente también. También hubo una buena amistad entre ambos países. ‘América primero’ es un mensaje muy positivo aquí en Europa central porque significa que, si para Donald Trump ‘América primero’, para nosotros Hungría puede ser la primera también, así que cooperemos sobre esa base.
Fue una muy buena política exterior, muy efectiva con la que cooperamos muy bien. Lo mismo con Netanyahu, que es un buen amigo de los húngaros, y que, cuando estuvo en el poder, invirtió mucha energía para tener una buena relación con los países de Europa central. Le respetamos mucho, pero también perdió, por lo que el pensamiento democrático judeocristiano conservador húngaro perdió a dos importantes partidarios internacionales y los oponentes llegaron al poder, por lo que esta es una circunstancia totalmente nueva para Hungría. Para mí, como político, es un gran desafío.
-En Hungría habrá elecciones en abril, ¿le preocupa que haya interferencia internacional en los comicios?
Eso sucederá, no nos preocupa porque estamos preparados para eso. Obviamente la izquierda internacional hará todo lo que pueda, y probablemente más, para cambiar el Gobierno. Aquí en Hungría somos conscientes de eso y estamos preparados.
-El presidente de los Estados Unidos le describe como un matón totalitario, es algo muy serio decir eso sobre alguien, ¿por qué no trabajaría el departamento de estado de Biden para evitar que sea reelegido?
Creo que, tarde o temprano, los estadounidenses se darán cuenta de que los problemas en Hungría deben ser decididos por los húngaros y es mejor incluso para el Gobierno liberal de izquierda en los Estados Unidos tener un buen socio que sea un cristiano demócrata conservador, apoyado a largo plazo por el pueblo húngaro, que un Gobierno que esté respaldado por Estados Unidos para tomar posesión, pero que pueda perderla meses después creando desestabilización e incertidumbre. Un socio no amado pero estable es mejor que uno nuevo incierto. Espero que los estadounidenses entiendan eso.