«Quien no conoce su historia, está condenado a repetirla» Siempre oportuna, sabia, precisa es esta frase, los tiempos vividos en otras épocas nos permitirán alcanzar el entendimiento de situaciones acontecidas en la actualidad, además de ver y actuar ante la llamada de emergencia de diferentes sectores de la ciudadanía.
Existen acontecimientos en la historia universal muy parecidos a la ficción, sin embargo mediante la investigación, el análisis riguroso, el testimonio de los sobrevivientes de hechos que quedaron registrados, pueden ser la antesala a evitar repetirlos, así como tener la oportunidad de vivir en esta era de la información, en esta época donde la humanidad ha alcanzado innumerables beneficios para la convivencia, así como el contexto cultural nos dan amplia ventaja ante quienes no tuvieron esa dicha.
Conocer por ejemplo las eras geológicas del planeta tierra, para entender los cambios climáticos, la aparición del homo sapiens, sus primeros descubrimientos, los primitivos pueblos y su socialización, su forma de resolución de conflictos, además de las guerras para conquistar grandes extensiones de tierra, el sometimiento a la esclavitud, las atrocidades de los monarcas de diferentes etapas, las cruzadas de la edad Media, la inquisición, los experimentos humanos, las bombas nucleares, la planificación social del comunismo… y puedo seguir citando a grandes rasgos hechos reales, hasta parecen ser lejanos, e imposible de que vuelvan a acontecer. La línea divisoria entre la fantasía y la realidad es extremadamente fina, sin embargo; la crudeza de la realidad supera con mayúsculo asombro.
En otras palabras, si hilamos aún más fino en pasajes históricos leemos por ejemplo que las sociedades primitivas resolvían las cuestiones a través de la ley del talión ojo por ojo, diente por diente, así también encontramos a los grandes imperios para expandir sus poderes debían invadir territorios, en consecuencia las matanzas, hambrunas, enfermedades, crímenes crueles cometidos en busca del «Bien».
El entretenimiento de los romanos con sus espectáculos circenses donde el prisionero combatía con los animales y donde el público aplaudía fervoroso es parte de nuestra raíz greco-latina. Saltando las diferentes etapas llegamos a las persecuciones por hechicería, magia o superstición donde existían tribunales inquisidores para resolver así llevando a la hoguera a los culpables ¿Cuál era la prueba? La palabra de uno contra el otro, o simplemente la fe.
Ahora bien, aquí les traigo mi exposición ante un hecho banal acontecido en Paraguay hace algunos días, la muerte de un gato, ¡si! El gato mochilero, así pasó a ser conocido este felino al que su dueño le dio por nombre propio «Bella»– lo políticamente correcto es; ‘‘Su humano’’ pero como no pretendo estar del lado de la corrección política seguiré con mi análisis- habiendo hecho esta aclaración deseo también informar que mi intención no es hablar de Bella, como tampoco del gato volador, o el gato que está triste y azul o el gato con botas.
El hecho en sí, donde primero surge una versión del envenenamiento al animal tuvo como resultado una conmoción en la ciudadanía asidua a las redes sociales, tanto así que desde sus perfiles atacaban la cultura paraguaya, sin dudar un segundo ante la versión del único testigo, llegó a la acabose de que grupos se organicen para buscar a los responsables de la muerte del micho.
Ahora si quiero hablarle de la fascinante obra del escritor Edgar Allan Poe, donde describe a un gato negro, llamado Plutón, amigo suyo en principio, amoroso y demostrativo con su dueño, esto le produjo al personaje un sentimiento de odio y perversidad, tanto que primero lo hizo tuerto con un cortaplumas, dejándole andar y seguir conviviendo con el cariñoso Plutón, para luego ensañarse con el animal. Así el personaje va relatando la espeluznante escena donde se expone la crueldad del ser humano resentido, perturbado, enfermo, trastornado mental. A modo de información, y para despertar su curiosidad del desenlace de la narración original, menciono; el escritor norteamericano es considerado en el mundo como un maestro de los cuentos de terror, y que si es que vivía en el escenario actual ya iba a ser un potencial asesino de felinos por escribir cuentos que dañan la susceptibilidad de la mayoría. Aquí está lo peligroso, entre el show mediático de las redes sociales, la popularidad que genera una publicación verosímil con la combinación perfecta de dramatismo, horror, compasión a cualquiera se le puede acusar, vilipendiar y hasta incendiar. Me atrevo a vaticinar que las denuncias así seguirán, y aumentarán el tenor de las mismas.
Para ir cerrando este conciso relato, busco alertar a la ciudadanía la llegada del posmodernismo, los tiempos actuales surgen de toda una escuela de intelectuales de la izquierda (colectivistas) donde se relativiza todo, se ironiza la cultura occidental, así lo que como humanidad habíamos dado por verdades para avanzar hacia la investigación, hacia la invención misma, nos enfrenta a luchas tribales.
La cultura de masas está atacando vorazmente al individualismo, el surgimiento de las plataformas digitales que propagan pensamientos totalitarios, los dogmas que parecían haberse desterrados, hoy están en la narrativa propagandista de los nuevos inquisidores, estos apoyados y financiados por el globalismo, en consecuencia los Objetivos de Desarrollo Sostenible, de la agenda 2030 deben ser cuestionados en todos los espacios ya que traen las mismas promesas de igualdad, paz, bienestar y amor de otras épocas de la historia.
Para finalizar, recuerdo al escritor chileno Axel Kaiser, en su libro «La Neo Inquisición» manifiesta: La neo inquisición viene de la mano de la izquierda como una fuerza verdaderamente oscurantista, que arrasa con el respeto por la sabiduría acumulada gracias a nuestros antepasados, fabricando una versión de la historia que nos lleva a detestar la identidad cultural que nos define.