Cada vez es más evidente y saltan a luz documentos que avalan el mandato del gobierno de la República Popular China para obligar a la empresa G 42, grupo de empresas de inteligencia artificial con sede en Abu Dabi, subsidiaria de la China Sinopharm en Emiratos Arabes Unidos (EAU), para impedir que Paraguay reciba un total de 1.000.000 de dosis de vacunas de dicha plataforma (llegó solo una primera partida de 250.000). Se puede decir que esto se trató de un sabotaje a la vida de miles de paraguayos, algo que ningún gobierno del país sudamericano nunca debería olvidar.
En efecto, el 28 de marzo pasado la conocida plataforma Bloomberg Red Lines, evidenciaba el vínculo del gobierno chino al informar que ése país eligió a los EAU para fabricar millones de vacunas, impulsando sus lazos con el golfo. Indicaba que la empresa conjunta era de reciente formación. Por ello, el comunicado leído hace semanas por el consulado de San Pablo intentando desmentir que “no hubo orden de Pekín”, no lo cree ni un lactante.
Hay que recordar que esta acción se dio justo en el momento en que Paraguay tenía una alta cantidad de infectados y muertos, con una curva de contagios ascendente.
Esa desconsiderada actitud del gobierno de la República Popular China que suspendió de manera unilateral la provisión de la vacuna Sinopharm (ya pagada) al Paraguay sigue generando comentarios negativos a nivel de las autoridades sanitarias e inclusive en la Cámara de Diputados.
Obviamente, indicaron, la sanción obedece a las relaciones diplomáticas y una gran cooperación que Paraguay mantiene con la República de China en Taiwán, conforme deslizó en su conferencia de prensa el Ministro Julio Borba. La suspensión de la provisión de vacunas no hizo otra cosa que complicar aún más la compleja situación ante el Covid, agregaron.
En el mencionado comunicado del gobierno Chino difundido a través del consulado se sostuvo –cínicamente – “que desde el inicio de la pandemia ese país ha abogado porque las vacunas sean un bien mundial”.
Al contrario de lo que afirman, dijeron fuentes consultadas, que el gobierno chino ha hecho un gran negocio con la venta de vacunas y solamente en casos de gobiernos muy afines, han realizado donaciones de baja cantidad, así como en los eventos donde la visibilidad era importante.
Un diputado de la bancada de la ANR recordó al respecto que ello hizo que el presidente norteamericano Joe Biden, al anunciar la donación de 100 millones de vacunas para los países más necesitados, aclarase que lo hacían “a cambio de nada”.
El comunicado del gobierno de Xi Jinping contenía asimismo observaciones críticas hacia el desempeño de la prensa en Paraguay.
Indicaba al respecto que “China no acepta las difamaciones y desinformaciones malintencionadas. Todas las manipulaciones políticas y los ataques calumniosos resultarán inútiles”.
Fuentes periodísticas identificadas comentaron al respecto que “lo que resulta claro de todo esto es que el gobierno chino intentó amedrentar al gobierno paraguayo para que interrumpa sus relaciones con la República de China en Taiwán. Pero esto no hizo más que consolidar aún más esos antiguos lazos de amistad cooperación, según nuestra perspectiva”.