sábado, 23 noviembre, 2024

Tonta y retonta versus la belleza paraguaya

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A propósito de lo sucedido en la cámara de diputados con las declaraciones de la siempre polémica diputada liberal Celeste Amarilla – digo- ¡Cuidado! Esta lectura es sólo para valientes. Habiendo hecha esa advertencia, y confiando que quien esté dispuesto a seguir es por la curiosidad o por coraje acerca del desafío, el planteamiento monstruoso que traigo como propuesta es ante todo imaginar un ser peludo, grande, mitad lobo, mitad hombre, si la imaginación es generosa ¡sigamos! Otro ser para graficar en nuestra mente; mitad mujer, mitad buitre, tiene alas y garras, está fea, malvada, envidiosa, ella es Medusa; un repaso imaginario sobre las harpías, bestias, seres despreciables, todos ellos eran parte de la literatura mitológica universal, que gracias a nuestra cultura greco-romana conocemos.

Por el contrario propongo ver y analizar las expresiones de la diputada Amarilla quien, en el contexto de la propuesta del diputado Jorge Britez, para declarar de interés cultural la participación en el certamen Miss Universo de la señorita Nadia Ferreira -al margen del debate de los deberes y atribuciones del congreso  quiero centrar el quid de la cuestión sobre las declaraciones engañosas de la señora Amarilla; esta dijo por ejemplo: «Ya ha pasado la época de exponer el cuerpo y la cara de la mujer como parámetro»

Lo que no dijo o no sabe es como a nivel mundial existe todo un movimiento político, académico, artístico, comercial para poner de moda la fealdad, en esta alocución ella es la principal promotora para dar paso al ogro del feminismo radical.

 Este tema no es trivial, no es poca cosa que se intente menospreciar  la admiración a lo femenino, a la esbeltez, la gracia, medidas, elegancia; la hermosura no es una cuestión del pasado, la mujer maquillada o al natural, con proporciones y medidas perfectamente distribuidas al igual que un paisaje natural, una flor, una cascada, el ocaso es una gracia de la naturaleza del ser humano.

A medida que voy escribiendo surgen algunas interrogantes: ¿Por qué muchas personas llegan a creer el discurso de esta señora? ¿A dónde quieren llegar desgastando la credibilidad de los certámenes de belleza? ¿Rompiendo modelos tan arraigados en nuestra cultura, queriendo confundir? 

La respuesta a esto es, el Marxismo Cultural llegó tan lejos, permeó  a sectores inimaginables, donde todo se vuelve subjetivo, donde es considerada, por ejemplo, a la obesidad como algo tan natural como la vida misma, sabiendo muy bien que no es así. La obesidad es una patología, y esto ya no es cuestión de estética.

La izquierda radical intenta distorsionar la historia, la cultura, las prácticas saludables donde se incluyen la alimentación, el justo equilibrio para ser una persona íntegra y feliz.

La religión comunista hizo un extraordinario trabajo al llegar a incorporar una narrativa de ocultar los atributos femeninos, así por ejemplo hacer creer que  la sexualidad (ser hombre o mujer se elige) o los estándares de belleza son imposiciones del patriarcado.

El resentimiento por parte de estos grupos minoritarios busca llegar a la mayoría cambiando falazmente los paradigmas,  ya que tradicionalmente las señoritas debían de reunir ciertas condiciones para llegar a la corona, viendo a la actual representante de nuestro país, señorita que reúne todas las condiciones, podemos decir que dejará en alto la belleza de la mujer paraguaya, así estaremos ganando el concurso más importante de todos, es el de la batalla cultural; mostrando que aparte de tener una belleza admirable tenemos capacidad para defender lo que nos corresponde como mujeres.

Haciendo uso de esa capacidad y aprovechando la libertad de expresión (antes de la promulgación de la ley mordaza) digo a la señora Celeste: Usted pasó por tonta al no entender lo que ocurre a nivel mundial, y es re tonta la mujer que cree en el discurso de una legisladora que hace guiño a la degradación de la especie humana, donde la publicidad, la moda, la tendencia avanza para dar paso a figuras masculinas simulando ser nuestras congéneres.

Para concluir, le digo sí leyó hasta aquí permítame hacer notar que la mitología fantástica a la que hice referencia en las primeras líneas, no se aleja demasiado a realidad mundial, donde se observan cada vez más extravagancias lejanas a nuestra nación y si nos callamos ante las declaraciones de esta diputada, es por eso que necesitamos de valientes patriotas para oponernos al globalismo y el intento de abrir la puerta para  aceptar  a un hombre vestido de mujer como la próxima Miss Universo-Paraguay y así sepultar por completo el maravilloso patrimonio de nuestra herencia genética.

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