En el horizonte se vislumbran tiempos convulsos para la industria del automóvil en Europa. El Viejo Continente ha decidido acelerar lo máximo posible el proceso de transición a la movilidad sostenible y, más concretamente, eléctrica. La hoja de ruta establecida por la Unión Europea está clara. El objetivo no es otro que matar al coche de gasolina y diésel en 2035. Una prohibición que también afectará a los denominados «e-fuels».
El motor de combustión interna ya tiene fecha de caducidad. Sin embargo, no pocos detractores han puesto en duda que este plan estratégico se pueda consumar en los plazos fijados. También hay voces discordantes muy importantes. Y prueba de ello son las recientes declaraciones que se han producido. Unas declaraciones que ponen de manifiesto que Alemania rechaza el plan de Europa de acabar con el motor de combustión interna.
Christian Lindner, Ministro de Finanzas del Gobierno de Alemania, señaló que seguirá habiendo nichos de mercado para los motores de combustión, asegurando de esta manera que la hoja de ruta de la UE está mal. Las autoridades alemanas no aceptarán estos planes de la UE para prohibir efectivamente la venta de coches nuevos con motor de combustión interna a partir de 2035.
En su intento por reducir las emisiones que contribuyen al calentamiento global en un 55% de cara a 2030 desde los niveles de 1990, la Comisión Europea ha propuesto una reducción del 100% en las emisiones de CO2 de los automóviles nuevos para 2035. Esto supone que, por ejemplo, marcas como SEAT, Volkswagen o Citroën, por mencionar algunas, no podrán vender coches nuevos con motor de combustión interna.
Los legisladores del Parlamento Europeo respaldaron las propuestas este mes antes de que se lleve a cabo las negociaciones con los países que conforman la UE en relación a la ley final que será aprobada. En el marco de un evento organizado por la Asociación de la Industria BDI de Alemania, el ministro Lindner aseguró que seguirá habiendo nichos de mercado para los coches térmicos más allá de 2035.
Apostar por el coche eléctrico sin renunciar al motor de combustión interna
De las declaraciones realizadas por Lindner se puede extraer también la idea de que, si bien Alemania busca ser uno de los mercados líderes en cuanto a ventas de coches eléctricos, no quiere renunciar tampoco a ninguna tecnología. Algo contradictorio con los mensajes llegados desde Bruselas. Unos mensajes que auguran un futuro en el que sólo habrá sitio para el coche eléctrico de batería y/o de pila de combustible de hidrógeno.