El libro “Las venas abiertas de América Latina” de Eduardo Galeano, publicado en 1971, se constituyó a lo largo de estos años en un símbolo de la izquierda especialmente intelectual y de caviar como se suele decir.
Galeano contaba con una pluma singular y cautivante, sin embargo, sus ideas no se correspondían con la realidad histórica ni tenían bases políticas y económicas razonables. Todavía más, Galeano más bien alimentó el odio contra todo aquello que significa modernidad, en el sentido de aprender lo que otras naciones fueron logrando para beneficiar a la gente.
Fue así que Eduardo Galeano por décadas se convirtió en el abanderado del anti-capitalismo y el anti-norteamericanismo, diseminando la idea marxista de la lucha de clases, del odio contra el proletario, el rico, el empresario que solo busca beneficiarse a costa de los pobres, según dice el credo colectivista.
Fiel seguidor de Karl Marx, su principal mentor intelectual, Galeano supo ganarse la simpatía de muchos latinoamericanos que así encontraban la explicación de la pobreza en esta parte del mundo. La causa, decía este autor, fueron primeramente los colonizadores españoles, luego los ingleses y más tarde los Yankees, hasta llegar al liberalismo que solo busca el lucro sin interesarle los trabajadores y campesinos, los oprimidos del “capitalismo salvaje”.
Lo que Galeano nunca pudo entender (excepto un poco antes de su muerte cuando dijo que cuando escribió su libro no entendía de economía y así se retractó) es que sus propuestas de reivindicar a los pobres mediante una mayor expansión del Estado sobre los mercados libres nunca dieron resultados positivos.
En su libro, Galeano apeló al sentimentalismo para así adoctrinar a muchos latinoamericanos que no comprendían cómo es posible que un país del norte del continente, los EE.UU., se fue convirtiendo a lo largo de los años en el principal receptor de millones de personas en busca de trabajo y mejor futuro, provenientes de países donde muchos de sus gobernantes y docentes se encargan todavía de maldecir sobre el capitalismo “salvaje”.