Por Francesco Fiorio Pizurno
El neocolonialismo es una palabra usada en la geopolítica para describir en parte la forma en que países ricos impulsan el “colonialismo cultural”, usando banderas positivas como la defensa de la mujer, del medio ambiente o de minorías, para imponer reglas a países pobres y sumisos.
Hablemos de cómo quieren neocolonizar y romper con la soberanía de los pueblos latinos.
Europa, región que deforestó y machacó el medio ambiente durante los últimos siglos para enriquecerse, fundiendo sus bosques y esclavizando pueblos extranjeros (hasta ahora países como Francia explotan y violan derechos humanos de países africanos), busca imponer reglas al MERCOSUR.
Quieren colonizarnos y sin armas ni violencia, si no a través del acuerdo del libre comercio entre la Unión Europea – MERCOSUR, que de libre no tiene nada, ya que impone reglas terribles e imposibles de cumplir.
Europa quiere poner en nuestras espaldas el peso del problema que ellos generaron al pelar sus bosques, y a través de este acuerdo, buscan que el MERCOSUR acepte el reglamento 1.115 de la Unión Europea.
Dicho reglamento busca impedir la entrada y comercialización de productos provenientes de la deforestación, y nos obligará a contar con una declaración certificada donde se pruebe que los productos salen de países donde no hay deforestación, más otros trámites estatales insoportables que tendrán sellos y permisos, más la geolocalización de las parcelas, extremando la burocracia y violando nuestras leyes, todo por un mercado que representa el 5% de nuestras exportaciones.
Si aceptamos, 280.000 productores paraguayos quedarían afectados y sin trabajo.
¿Debe el MERCOSUR ceder ante este chantaje? ¿Está bien que los países pobres no podamos producir mientras Europa sigue gozando de los beneficios del desastre ambiental y la esclavitud que por siglos impulsaron?
Amo el cuidado del medioambiente, por eso apoyo la agricultura y producción paraguaya, por lejos de las más sanas del mundo. Paraguay hoy representa el segundo país más verde de Latinoamerica, y ni Europa ni el progresismo globalista nos harán creer lo contrario.
¡Colonialistas retrocedan! ¡Ni America Latina ni Paraguay deben ceder ante sus chantajes!