Esta semana empezó la reunión anual de la WEF, por sus siglas en inglés, más conocido como el FORO ECONOMICO MUNDIAL, a modo de introducción debemos comentar que este foro fue fundado por Klaus Schwab en el año 1.971 como una organización internacional sin fines de lucro, que se dedica a fomentar la cooperación entre empresas, gobiernos, líderes políticos y académicos con el fin de discutir las situaciones económicas, políticas y sociales más apremiantes para la sociedad.
A continuación, pasare a desarrollar algunos puntos sobre los peligros del globalismo para las sociedades, para las naciones y por sobre todo para las libertades individuales de las personas y su influencia en las decisiones de las políticas públicas de los países. En los últimos años, hemos sido testigos de la creciente influencia del globalismo en la política, la economía y la cultura en todo el mundo.
El globalismo se refiere a la tendencia de un mayor grado de interdependencia y colaboración entre países para abordar los desafíos y promover objetivos comunes. Si bien esta idea puede parecer atractiva en teoría, debemos estar alerta sobre los peligros que puede acarrear su implementación sin un enfoque equilibrado.
Uno de los principales peligros del globalismo es la pérdida de soberanía nacional, es decir, que los países ya no pueden direccionar sus políticas públicas acorde a sus necesidades, sino que con él la excusa de los objetivos Globales, pierde su autodeterminación, esto sucede a medida que los países se unen en alianzas y acuerdos internacionales, a menudo deben ceder parte de su autonomía en las decisiones a entidades superiores, como organizaciones supranacionales, como por ejemplo la ONU, la OEA, Y la OMS o tratados globales, como por ejemplo el tratado de Pandemias que quieren implementar la OMS. Esto puede llevar a que los países pierdan el control sobre sus propias políticas y decisiones internas, lo que puede generar descontento entre los ciudadanos y socavar la democracia.
Además, el globalismo puede contribuir a la homogeneización cultural, a medida que las fronteras se vuelven más permeables y las economías se globalizan, las influencias culturales se fusionan y puede haber una pérdida de la diversidad cultural como está ocurriendo con muchos países europeos en la actualidad. Esto puede resultar en la pérdida de identidad nacional y local, así como en la desaparición de tradiciones, costumbres y lenguas autóctonas.
Otro aspecto preocupante es la desigualdad económica. Si bien el globalismo promete beneficios económicos para todos, en la práctica a menudo existe una brecha cada vez mayor entre los beneficios obtenidos por las grandes empresas multinacionales y los inversionistas, en contraposición con los trabajadores y comunidades locales. Estas grandes corporaciones tienen la capacidad de mover sus operaciones a países con costos laborales más bajos y eludir la regulación ambiental y laboral. Como resultado, los empleos y las oportunidades económicas pueden desaparecer en algunas regiones, aumentando la desigualdad y la pobreza.
Asimismo, el globalismo puede plantear riesgos en términos de seguridad y soberanía nacional. La apertura de las fronteras y el aumento de los flujos migratorios pueden generar desafíos en la gestión de la seguridad y el control de las fronteras. Además, los acuerdos comerciales y la dependencia económica pueden implicar la vulnerabilidad de una nación ante decisiones y políticas adoptadas por otros países, lo que podría poner en peligro su estabilidad y seguridad nacional.
Todo lo mencionado queda expuesto esta semana con el discurso del presidente de la República Argentina, Javier Milei, quien pronunció un discurso histórico, con temas que jamás habían sido mencionados en la cuna del Globalismo, denunciando la agenda 2030, el socialismo, el aborto, el discurso ecologista, todas y más promovido por el Foro Económico Mundial. Frases contundentes como:
Aquellos que supuestamente deben defender los valores de Occidente se encuentran cooptados por una visión del Mundo que inexorablemente conduce al Socialismo y, en consecuencia, a la pobreza
Esta frase muy frontal fue al inicio de su ponencia ante la mirada de los presentes y de un mundo expectante, también hizo una mención especial sobre el Capitalismo como modelo económico;
Lejos de ser la causa de nuestros problemas, el capitalismo de libre empresa como sistema económico es la única herramienta que tenemos para terminar con el hambre, la pobreza y la indigencia a lo largo y a lo ancho del planeta
En conclusión, el globalismo puede tener consecuencias negativas por eso es crucial encontrar un equilibrio entre la cooperación global y la salvaguardia de la soberanía nacional, la diversidad cultural y la igualdad económica. Es necesario que los líderes políticos y las instituciones internacionales trabajen para mitigar estos peligros y promover un enfoque responsable del globalismo que tenga en cuenta el bienestar y la autonomía de todos los países y comunidades.
