Pese a los ataques desde el interior mismo del país, así como del exterior mediante organismos internacionales como la Unión Europea (UE) con la mentira de la descarbonización a través de su respectiva Comisión (un organismo que, por cierto, no ha sido elegido democráticamente por los mismos europeos) en esta parte del mundo – sector agrícola paraguayo- sigue creciendo y beneficiando a las familias al punto que contribuye con casi el 50 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB).
Lo que se denomina la cadena de valor así lo prueban, puesto que no solamente tiene que ser considerado el ingreso de divisas por la venta de los respectivos commodities sino también el efecto en la economía nacional como ocurre con las manufacturas de origen agropecuario industrial.
Pero esta notable contribución que también a los sectores postergados como los campesinos y agricultores sigue siendo atacada y despreciada por sectores de la izquierda y otros que se caracterizan por su permanente sentido de envida y resentimiento, sentimientos éstos que lo único que hacen es hacer notar el desprecio hacia el trabajo arduo y la cooperación en la búsqueda de mejores condiciones de vida.
Desde luego, a la izquierda y a los que se dicen «progresistas» no les interesa que el sector agrícola se encuentre contribuyendo con el país en el porcentaje antes citado.
Ellos prefieren la envida y el resentimiento para azuzar a los más jóvenes para así seguir donde están y desestimar el intento por lo menos de mejorar la condición de vida de sus propias familias.
