Por Julio Giménez
Hemos tenido en estos últimos días una serie de acontecimientos, más que folclóricos y que atañen a nuestra cultura antropofágica en que nos deglutimos unos a otros, según nuestros criterios y valores, morales, espirituales, políticos, sociales, etc., que hacen que unos atrapan por un momento, pero que aparentemente van siendo desplazados por otros fenómenos que en oleadas van apareciendo.
Acapararon la atención, por ejemplo, el partido de futbol en Mburuvicha Róga, de los nuevos cortesanos del poder, entre los cuales se encontraba un; a “Ultranza” procesado, y otro que se hizo famoso por el “trato apu´a”, que constituye toda una institución en nuestros procesos electorales. El caso del “Piquito” del desubicado presidente de la Federación Española de Futbol, que le dio un espectacular escaparate – más grande que el mundial que se ganó; a la feligresía Feminista radical para atacaren forma furibunda al “machismo, heteropatriarcado, a los homofóbicos, etc.», y que el besuqueiro, al pretender no renunciar, lo está magnificando aún más, pero no le quedara más que “dar un paso al costado”, eufemísticamente hablando.
Culminando este introito, la inentendible presencia en nuestro país del Ministro de Economía argentino Massa – candidato a presidente del kirchnerismo y que antes de las elecciones ya sufre el “síndrome del pato cojo” – y el Ministro de Transporte de ese país, en “negociaciones” ndajeko, que se redujeron a tomas fotográficas, videos, grabaciones, etc., sin resultado alguno positivo, por lo menos para nuestro país, dejando solo el bochorno de las declaraciones de nuestras autoridades desmentidas por la de los visitantes.
Entrando en materia y en referencia a nuestro ya célebre Convenio con la Unión Europea, que nos hizo retornar a la mentalidad de hace unos 400 años, me permito exponer ciertas reflexiones, que no pretenden ser enjundiosas pero que pueden servir para acercarnos a nuestra realidad.
Se nos presenta a la Unión Europea como el nuevo becerro de oro ante quien debemos postrarnos y adorarlo. Si solo pretendemos dejar sin efecto el Convenio o modificarlo, caerán las 7 plagas de Egipto sobre nosotros. Sin los 38 millones de euros, nuestra educación se hundirá – más de lo que ya está. (una de los augures, Blanca Ovelar, ya la dejó así con sus muchos años en el MEC, ¡¡¡más de 5 años como ministra!!!).
Sin los 38 millones de euros nuestros niños ya no van a comer!!!
Cuidado con ofender a la sacrosanta Union europea, fuente del maná que nos alimentará no solo sapiensalmente, si cabe la expresión, sino también materialmente. Ante esta posibilidad de diluvio universal que nos presentan los augures y chamanes europeístas, nos dicen que los únicos que nos salvarán son los modernos NOÉS, que son las ONGs locales, que actúan como gobernadores de la corona europea y, virreyes, los medios hegemónicos y sus satélites.
Estos medios solo presentan y publican las opiniones de los “europeístas” dejando de lado a las organizaciones de padres, que son los verdaderos representantes de la sociedad civil, pero para esos medios, ellos “no existen”, como diría un famoso arquero de nuestras selecciones y, en consecuencia, ya fueron ”canceladas”.
Podemos incluso definir a los voceros del pensamiento único – que son esos medios – como la nueva “voz del coloradismo”, que no admite el disenso y solo ellos son los depositarios de la verdad, modernos oráculos de Delfos, pretendiendo acallar “La Voz del Pueblo” manifestada por las organizaciones de padres.
A todo este corifeo, se adhieren la de “jurisconsultos y constitucionalistas” europeístas con tesis y teorías extravagantes y como se dice, traída de los pelos – donde no dan cabida a nuestra propia Constitución Nacional- para ajustarnos al sometimiento de la cúpula de Bruselas.
Finalmente me permito transcribir un documento de nuestros próceres que debería ser el espejo en el cual nos debemos mirar para considerarnos verdaderamente paraguayos.
Dicho documento es la Nota del 20 de julio de 1811, dirigida a la Junta de Buenos Aires que pretendía incorporarnos a su territorio como las Provincias Unidas del Plata y, en la cual, nuestros próceres; Fulgencio Yegros, Jose Gaspar Rodriguez de Francia, Pedro Juan Caballero, Francisco Javier Bogarin y Fernando de la Mora, integrantes de nuestra Junta Superior Gubernativa, les contestaban y en su parte medular expresaban: «No mudaremos de amo, ni cambiaremos unas cadenas por otras”.
No se puede concebir la existencia de nuestra nación y, por ende, de nuestra soberanía y libertad, sin este documento liminar de nuestra Nación.