A pesar del estado de excepción decretado por el presidente Guillermo Lasso y horas después del magnicidio en Ecuador del precandidato presidencial Fernando Villavicencio a plena luz del día, nuevos atentados contra dirigentes y candidatos tiñen de angustia a la sociedad ecuatoriana que ya lidia con un clima anómico inusual.
Una de las personas que sufrió un atentado es la candidata a la Asamblea por la provincia ecuatoriana de Los Ríos, Estefany Puente, de la Alianza Claro Que Se Puede (Unidad Popular, el Partido Socialista Ecuatoriano y Democracia). Mientras conducía su auto con un colaborador y su padre, fue interceptada por dos hombres a bordo de una moto y uno de ellos disparó directamente contra su automóvil.
Luego, el 12 de agosto, Jorge Yunda Machado, exalcalde de la ciudad de Quito, denunció el secuestro de su hija menor, Anaí. Quien fue retenida contra su voluntad durante varias horas. Según Yunda, él era la víctima original de los secuestradores.
La última víctima de esta seguidilla de crímenes políticos fue el dirigente de izquierda Pedro Briones, quien fue asesinado el 14 de agosto. El dirigente de la “Revolución Ciudadana” de Esmeraldas recibió un impacto de bala en la localidad de San Mateo.
Estos hechos no son casos aislados en Ecuador, donde de un tiempo a esta parte se vive una intensa ola de violencia hacia candidatos.
En medio de la conmoción causada por estos hechos, los ecuatorianos deberán elegir presidente y representantes legislativos el próximo 20 de agosto