Por Walter Paredes Quintana
La problemática homosexual, es simple y sin muchas conjeturas, por naturaleza, la homosexualidad no existe; no está comprobado por la ciencia que uno nace homosexual y mucho menos que es una enfermedad.
La institución del matrimonio es bastante compleja y muy delicada, pues se convierte en la base de la sociedad, el cual hace a una nación con todas sus ramas (cultura, tradición, modismos y costumbres) y la nación paraguaya en su totalidad comprende que la homosexualidad no está en línea con lo que la naturaleza indica.
La sociedad paraguaya entiende que el hombre conjunto con la mujer son la base de la institución del matrimonio, el pueblo paraguayo en acuerdo con sus representantes anuncia su desacuerdo con el matrimonio entre personas del mismo sexo.
El paraguayo no ataca a la homosexualidad, solo está defendiendo lo que comprende, es más, al paraguayo le urgen soluciones en temas como Salud, Educación, trabajo y seguridad, no tiene en este momento la necesidad de que se le sean «impuestas», ni siquiera debatir, las ideas de las «super organizaciones» o de potencias extranjeras.
El paraguayo está tratando de subsanar problemas muchos más graves, más reales, y esta «incomodidad» de cierto sector, nos retrasa y bastante. Por todo ello dejemos este pleito sin sentido, sin fundamentos y sin lógica para otro momento.