Muchas personas, me incluye la tendencia, son tildadas últimamente de antiamericanos y, al menos en lo que a mí respecta, nada más alejado de la realidad. Eso sí, hoy por hoy estoy en la vereda contraria respecto de muchas de las políticas que hoy promueve el gobierno de los Estados Unidos; además, mucho menos podrían decir que soy peronista, pero haré el intento de hacerme entender.
Hay una leyenda en Argentina que cuenta que Juan Domingo Perón, siendo vicepresidente del General Farrel (una dictadura, hay que decirlo), mantuvo una reunión con el entonces embajador de los Estados Unidos, Spruille Braden, un egresado de la universidad de Yale que fuera director de numerosas compañías mineras estadounidenses en América del Sur, exembajador ante los gobiernos de Colombia y Cuba y un representante cabal de los intereses de Washington en la región.
Muchos lo recordarán, también, por su papel como férreo defensor de los intereses de la petrolera estadounidense Standard Oil durante la «Guerra del Chaco».
En esa reunión, Braden habría pedido la liberación del espacio aéreo argentino, pero no a cambio de una contrapartida económica, sino a cambio de no poner obstáculos a la eventual campaña presidencial del entonces coronel Perón: “mi gobierno sabe reconocer a sus amigos, aun a los recién llegados, Ud. me entiende”.
«Mire, embajador – respondió Perón – en relación con su pedido, todos esos reclamos podrían arreglarse, como tantas otras veces, con convenientes acuerdos económicos y contraprestaciones financiera. Y créame, no son difíciles de hacer. Pero para llevarlos a cabo, hay un solo problema”; “¿Cuál?” -preguntó Braden-. «Que prefiero ser un desconocido en su país a ser un hijo de puta en el mío».
Cuando Spruille Braden se retiró del despacho de Juan Domingo Perón sin despedirse, inmediatamente se acuñó una frase histórica de la política argentina: “Braden o Perón”, el resto es historia.
Desde el origen de esta leyenda han pasado poco más de 70 años, pero a pesar de que vivimos en un mundo totalmente distinto, algunas cosas no han cambiado. Los gobiernos (no todos, también hay que decirlo) de los Estados Unidos siguen con la misma forma de hacer política a pesar de que el mundo hay cambiado y cuando hablamos de ellos, si bien hablamos de la primera potencia en muchos aspectos, podríamos decir que en el mundo de los bloques (políticos y económicos) ya no hablamos del “hegemón”.
Si los Estados Unidos no cambian su forma de relacionarse con sus aliados, lo que estamos viendo terminarán siendo los últimos estertores del imperio. Ejemplos de esto sobran. Muchos de los aliados americanos que nunca hubiéramos imaginado que se contrapusieran a los intereses de EEUU, hoy demuestran que no están dispuestos a ser “amigos” a cualquier precio, y para muestra basta un botón:
El príncipe Mohammed Bin Salman, luego que el gobierno de los EEUU se mostrara sorprendido por la decisión de Arabia Saudita de reparar sus lazos con Irán (acuerdo negociado por China), expresó indiferencia hacia Joe Biden afirmando que no le importaba si Biden lo malinterpretaba y que Estados Unidos debería centrarse en sus propios intereses.
Pero supongamos que esto no es suficiente, que el “alejamiento” de un aliado histórico como Arabia Saudita no fuera suficiente para demostrar que la forma “unilateral” de los EEUU para hacer las cosas está dañando no solo a ese país, sino que a todo occidente, adjunto una lista de los titulares de las últimas semanas:
- Arabia Saudita entra en alianza comercial con China, Rusia, India, Pakistán y cuatro naciones de Asia Central para alejarse más de la dependencia del dólar estadounidense.
- China y Francia completan el primer comercio de gas GNL utilizando yuanes chinos, poniendo fin a la dependencia del dólar estadounidense para el comercio de energía.
- China y Brasil liquidarán las operaciones en sus propias monedas, abandonando el dólar estadounidense.
- Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica (BRICS) están desarrollando una nueva moneda, dice el vicepresidente de la Duma Estatal.
- Arabia Saudita se asocia con China para construir una refinería de petróleo china por 83.7 millones de yuanes (12.2 millones de dólares).
- Kenia firma un acuerdo con Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos para comprar petróleo con chelines kenianos en lugar de dólares estadounidenses.
- El presidente de Kenia les dice a los ciudadanos que se deshagan de los dólares estadounidenses.
- La Asociación de Naciones del Sudeste Asiático considera abandonar el dólar estadounidense, el euro, el yen y la libra esterlina para los acuerdos financieros en moneda local.
- India liquidará el comercio en rupias indias con ciertos países en lugar de dólares estadounidenses.
- El yuan chino supera al euro para convertirse en la segunda moneda más grande de Brasil en reservas de divisas.
- Arabia Saudita acordó unirse a la Organización de Cooperación de Shanghai como socio de diálogo. Un bloque de seguridad liderado por China.
Paraguay, obviamente no es ajeno a esta situación. Si bien la economía paraguaya no tiene un volumen que sirva para ser considerada en términos globales, su condición geográfica la hace importante a los intereses de los Estados Unidos y eso hace que pretenda intervenir al estilo de Spruille Braden, autorizando y desautorizando candidatos pero, como dije antes, el mundo cambió y muchos candidatos prefieren ser desconocidos en los Estados Unidos antes que hijos de puta en sus propios países.