En los últimos años, de manera grosera, los electores del mundo venimos asistiendo a elecciones que, más allá de la opinión de los medios tradicionales, fueron claramente fraudulentas.
Estados Unidos, Brasil, Perú, Venezuela y otros fueron los teatros donde empresas como Smartmatic llevaron adelante los shows que más tarde aplaudirían los medios del establishment. Estos escenarios fueron un claro ejemplo de que la verdad atribuida a Joseph Stalin: “No importa quién vota, importa quien cuenta los votos” es ahora una verdad más grande de lo que nunca fue.
En todos estos fraudes en los que solo fuimos meros espectadores encontramos algunos factores en común que son los que nos llevan a prestar atención al futuro electoral de nuestro país.
El primero de ellos: Todos los actores de estas farsas, ya lo verán más adelante, llevan bastante tiempo preocupados por el control de la información, y no nos referimos a medios de comunicación, porque ellos de por sí son quienes controlan la narrativa; nos referimos a la información de las personas, datos duros que son necesarios para llevar adelante sus planes. Ellos, en esta historia son los representados por los organismos supranacionales y las ONG´s.
Otro de los factores a tener en cuenta es la ideología triunfante. En todos los casos, la ideología triunfante es siempre la misma. Nunca un nacionalista o un conservador, el premio mayor fue en todos los casos para lo que podríamos denominar la izquierda globalista.
Y el último de estos factores es que todos los actores responden a las mismas personas. Si buscan en sus archivos, verán que todos los candidatos beneficiados responden a un mismo grupo de personas que bien podríamos resumir o identificar mencionando los nombres de dos de sus máximos exponentes: Klaus Schwab y George Soros.
Este punto, aunque pueda sonar a teoría de la conspiración, es el más fácil de demostrar, solo hay que buscar fotos, declaraciones y, por supuesto, escarbar un poco en el entramado de fundaciones y ONG´s… y sus financistas.
Hoy, de cara a las próximas elecciones nacionales, quien muestra esas “condiciones” es la Concertación encabezada por Efraín Alegre y Sole Núñez; ambos trabajan en favor de la agenda globalista de izquierda.
Efraín es un asiduo concurrente a las “internacionales socialistas” y al Foro de Sao Paulo, mientras que Sole Núñez, además de ser la “reina de las ONG´s” es ferviente admiradora de Klaus Schwab y de todo lo que tenga olor a Foro Económico Mundial.
Por eso, en estos días y como parte del “relato”, Efraín salió a decir que “estamos preparados para controlar todas las mesas, asi que no nos van a hacer fraude”, “estamos hablando con los observadores, la OEA; la Unión Europea, que están viniendo; estamos preparando nuestro propio conteo rápido, vamos a tener los resultados (atentos los ministros de la corte, je – sic-), vamos a tener antes que ellos el verdadero resultado”.
Más allá de la amenaza directa a los ministros de la Corte, Efraín Alegre desconoce que los “verdaderos resultados” son los de la justicia electoral; los números que el intente imponer (donde seguramente él será el ganador… una vez más) no son los datos reales y legales de la contienda electoral.
Ahora, estas expresiones de Efraín Alegre no serían más que una expresión de deseo del candidato de que se dé el famoso “la tercera es la vencida”, sino fuera por algunos detalles no menores, como la participación de ONG´s como el caso de “Alma Cívica”, que responde a su candidata a vicepresidente.
Alma Cívica es una ONG creada por Soledad Núñez y su esposo (Bruno Defelippe, candidato a senador) en el 2020; en pocas palabras, la Concertación y sus candidatos pretenden instituirse como jueces, partes y voceros de un proceso electoral por encima de las instituciones establecidas por ley pero, sobre todo, por encima de la voluntad de los paraguayos.
Recuerde, mi estimado lector, por definición un ensayo general es la representación completa de una obra de teatro previa al estreno que sirve de preparación última del espectáculo. Tal vez, sin saberlo, con el fraude perpetrado en las internas de la Concertación, quienes habitamos este bendito suelo asistimos al ensayo general de la farsa que se viene… habrá que estar atentos porque algo huele mal, y no es Dinamarca.
