Como cada año, se reunieron en el denominado «Foro de Davos» más de 50 jefes de Estado, gobernadores de bancos centrales, ministros de comercio y otros tantos de Exteriores, los máximos dirigentes de las Naciones Unidas, el FMI y la Organización Mundial del comercio y muchos de los CEO de las grandes multinacionales.
El motivo que siempre los reúne es ver de qué manera hacen nuestra vida más fácil, nada tiene que ver esta reunión con esa loca teoría de conspiración que indica que lo único que los motiva es tener más dinero y más poder para ellos mismos.
A uno de los que más preocupado se lo vio fue al exvicepresidente estadounidense, Al Gore, quien ofreció uno de los mensajes más polémicos con la idea de dar sustento a su reclamo que lleva más de dos décadas: «necesitamos más control gubernamental».
«Miren la xenofobia y las tendencias políticas autoritarias que han surgido por unos pocos millones de refugiados«, expresó. «¿Y si fueran unos mil millones? ¡Perderíamos nuestra capacidad de autogobierno en este mundo! Tenemos que actuar», gritaba mientras retaba al mundo como si todos fuésemos niños.
Según él, la humanidad ha fracasado en todo lo referente al cambio climático, el calor generado por los gases de efecto invernadero es el responsable de los desastres climáticos que ha sufrido el mundo en los últimos años.
«Eso es lo que está hirviendo los océanos, creando estos ríos atmosféricos, los temporales extremos, succionando la humedad de la tierra, creando las sequías, derritiendo el hielo y elevando el nivel del mar; y causando estas oleadas de refugiados climáticos», exclamó.
¿Está realmente preocupado Al Gore por el cambio climático del que habla?
Pero más allá del hecho que, siempre según Gore, los «océanos hiervan» y «derritan el hielo», esto no aumenta el nivel de los mares, igual que unos cubitos de hielo derretidos no hacen que un vaso de agua se desborde (Principio de Arquímedes creo que le dicen), lo importante es conocer si este buen hombre es consecuente con sus palabras.
Según uno de los últimos estudios del Centro Nacional de Investigaciones de Políticas Públicas, Al Gore utiliza en promedio, cada año en su residencia de Nashville (EEUU), suficiente energía eléctrica como para abastecer a una familia promedio por 21 años. Sólo para climatizar su pileta, utiliza anualmente la misma cantidad de energía que 6 familias.
Cuando este estudio fue dado a conocer, Al Gore realizó una serie de reformas en su casa para «mitigar» ese gasto energético y, 250.000 dólares después (60.000 dólares en paneles solares) logró reducir su consumo eléctrico en un 5,7%, dejando en claro que ni es para todos, ni es efectivo.
Esto que se describe es solo lo que gasta en su residencia de Nashville, el estudio no contempla ni su residencia en San Francisco ni su casa de campo en Carthage, Tennessee. Irónicamente, la residencia de Al Gore en San Francisco tiene vista al mar.
¿Es Al Gore el único «falso profeta» de la religión climática?
De ningún modo, la mayoría de ellos lo son. Al Gore, Bill Gates, Obama y la lista sigue hasta volverse interminable. Todos los «líderes mundiales», los que quieren controlar tu vida, el tamaño de tu automóvil, como debes iluminar tu casa, cuánta agua puedes usar para bañarte o para tu inodoro y hasta cuánto dinero deberías ganar, son unos hipócritas que nunca pondrán un límite a sus estilos de vida, si al tuyo.
¿No te gustan los «Falsos Profetas» de la religión climática? ¿Ya no le crees a los que se van de vacaciones a Maldivas en sus jets privados y sólo se reúnen a ver que restricciones te van a imponer? Bueno, es tiempo de hacerle saber a los gobiernos del mundo, los títeres de este «Politburó» soviético que el estilo de vida que quieren imponernos no será aceptado.
