martes, 05 noviembre, 2024

La grieta acabó con el gobierno de Alberto Fernández, ¿Hay elecciones anticipadas en Argentina?

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Nahem Reyes
Nahem Reyes
Nahem Reyes es doctor en Historia de la Universidad Católica Andrés Bello y miembro asociado del Centro de Estudios de América de la Universidad Central de Venezuela. Analista político

Recordemos que Argentina luego de las elecciones legislativas de finales del año pasado, el peronismo K en la dupla de los Fernández (Alberto Fernández como Presidente y Cristina Fernández en calidad de Vice-Presidente), constituye el oficialismo autoritario, escudado en su supuesto apoyo popular mayoritario y su victoria en las urnas.

Sin embargo, luego de la victoria de Fernández sobre Macri en octubre de 2019, la luna de miel del pueblo argentino con su gobierno peronista, duró muy poco. Pronto los problemas que se suponía iba a corregir el nuevo gobierno, sólo se empeoraron, el mal mayor, la devaluación y con ella, la inflación. En crudo, una gestión ineficaz, por tanto incapaz de resolver el empobrecimiento de la clase media y la contracción económica en general.

El Presidente Alberto Fernández, empleó sus primeros dos años de gobierno en culpar de los males argentinos al gobierno de Macri, dar discursos vacíos, a lo que más tarde se sumó la pandemia del virus de Wuhan e incluso, las cataratas de críticas desde el propio peronismo. Todo ello, develó una enorme ausencia del poder real de parte de Alberto Fernández frente al poder ejercido por la líder kirchnerista y radical izquierdista, la rencorosa Cristina Fernández, a tal extremo que se popularizó la visión sostenida por Ricardo Romano reseñado en el diario El País: “Fernández es el jefe de la Administración, pero la jefa del poder y quien tiene el respaldo de los electores es Cristina”.

La puja se fue avinagrando, cuando Cristina, “la doctora”, abrió fuego contra los empresarios exportadores y pujar por políticas más radicales hacia la izquierda, mientras Alberto procuraba matizar la confrontación. Luego del terrible revés que sufrió el peronismo en las elecciones legislativas de finales de año de 2021, las diferencias internas en la cúpula del Poder Ejecutivo argentino se hicieron más visibles, pero no todo quedó allí, el distanciamiento se tornó en fractura abierta luego del reciente acuerdo del gobierno del Presidente Fernández con el Fondo Monetario Internacional, a tal extremo que el propio Máximo Kirchner hijo de “la doctora” anunció su renuncia como jefe de la fracción peronista en la Cámara Baja, sin contar los propios ataques de la Vice-Presidente contra el FMI.

La noche larga y obscura, aún parece que apenas comienza para el presidente Alberto Fernández, pues, en plena cosecha se anunció un paro de camioneros, se desconoce el precio del gasoil, con lo cual, las tarifas del transporte para los productores aún no se ha establecido. A estos se le suman los tractoristas que también anunciaron un paro, sin contar los infaltables en Argentina, los profesionales dependientes de los programas sociales quienes ya iniciaron sus típicos bloqueos, amén que también divulgaron sus planes de piquetes para exigir aumentos a sus ayudas con su pancartas que dicen “Alberto miente”.

Pero la lista de males que debe enfrentar Alberto Fernández no termina allí, la presión se eleva, obligando al mandatario a expresar públicamente “el presidente soy yo”, haciendo alusión – o pretendiendo dar esa imagen- quien es el responsable de la toma decisiones. Entre las decisiones más recientes, se encuentran la importación de gasolina y gas. Pero en una nación con elevadísimas tasas tributarias, técnicamente los tanqueros cargados con el ansiado combustible les resulta más costoso atracar en los puertos argentinos que su propio cargamento.

A la par de esta tormenta perfecta para el Presidente Fernández, recordemos un viejo dicho de marineros: “las ratas del barco huyen”, justamente en esa búsqueda por la supervivencia en la compleja y volátil arena política argentina, nuestras fuentes informan que tuvo lugar un asado de alto kilaje donde se reunión en San Isidro, en la casa de Juan Manuel Urtubey (ExGobernador de Salta), que contó entre otros comensales con Gerardo Morales (Radical y Gobernador de Jujuy), Juan Schiaretti (Gobernador de Córdoba), Florencio Randazzo (ExMinistro de “la doctora”), Graciela Camaño (Diputada del peronismo y cercana al sindicato gastronómico), Rogelio Frigerio (ExMinistro de Macri), Emilio Monzó (ExDiputado peronista dentro de la gestión de Macri), Ángel Rozas (Radical y ExGobernador de Chaco), Pablo Javkin (socialista e Intendente de la ciudad de Rosario), entre otros.

Para finalizar, sostenemos que el producto de toda esta mezcla tóxica, sólo conduce a una hipótesis deductiva posible: el adelantamiento de elecciones presidenciales en Argentina. Lo que resulta ahora por dilucidar es el ¿cómo?, es decir, ¿será que las fuerzas peronistas duras lideradas por Cristina buscarán un estallido social macro y contundente que obligue la renuncia de Alberto o; será una estrategia agobiante –como la aplicada por el buen camarada Evo Morales contra el débil gobierno del Dr. Carlos Meza en Bolivia- de desestabilización continua? Sólo el devenir de los días dilucidará tal interrogante, pero sin duda, todo indica que la suerte está echada para el Presidente Alberto Fernández.

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  • Nahem Reyes es doctor en Historia de la Universidad Católica Andrés Bello y miembro asociado del Centro de Estudios de América de la Universidad Central de Venezuela. Analista político

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