lunes, 23 diciembre, 2024

Grupo de Puebla: nuevos ropajes para viejas mentiras

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Hugo Marcelo Balderrama
Hugo Marcelo Balderrama
Economista, Docente, Periodista y Consultor Político. Comprometido con la defensa de la vida, la propiedad y la libertad.

Si hay algo que debemos reconocerle a la izquierda ―especialmente, esa que en el siglo 21 conquistó los países por la vía democrática, aunque luego la haya destruido― es la enorme capacidad de construir relatos para que lo bueno parezca malo y viceversa.

Uniendo viejos clichés, como el neoliberalismo o el imperialismo, con nuevas narrativas, por ejemplo, el indigenismo o el feminismo, logran mantenerse vigentes en los centros educativos, medios de prensa y en la política.

Asimismo, con un cinismo sin par, miran para otro lado en aquello que no les conviene. Cuba, para estos sectores jurásicos, no es una dictadura, es otra «forma de democracia». Además, las hambrunas y las crisis humanitarias en la Venezuela de Nicolas Maduro, según su teoría, son producidas por el imperio yanki, las sanciones económicas y hasta por los propios venezolanos. Por último, estas izquierdas se autodenominan como «progresistas» para darle aires de modernidad a teorías que ya huelen a camposanto, y eso es justamente el Grupo de Puebla. Veamos.

El Grupo de Puebla es un foro político y académico integrado por representantes de la izquierda latinoamericana. Fundado el 12 de julio de 2019 en la ciudad mexicana de Puebla. A diferencia del Foro de Sao Paulo, el Grupo de Puebla reúne no a partidos políticos socialistas, sino que está conformado por personas, liderazgos todos de izquierda radical progresista, y no pocos de ellos, señalados por corrupción, aunque muchos de sus miembros también son parte del Foro, entre ellos, Dilma Rousseff, Rafael Correa, Luis Arce Catacora, o Lula Da Silva (expresidente de Brasil y cofundador del Foro de Sao Paulo).

En su última reunión, realizada en México entre el 30 de noviembre y 1 de diciembre del 2021, el grupo dejó claro que busca las victorias electorales de Gabriel Boric en Chile y de Gustavo Petro en Colombia. También presentaron su Modelo Solidario de Desarrollo.

El Grupo pretende que su modelo sea la hoja de ruta para los gobiernos de Latinoamérica. Si bien, el documento se presenta como una «nueva» alternativa para la región es, como ya lo mencionamos más arriba, un recalentado de viejas políticas fracasadas, verbigracia, la lucha contra la desigualdad o la redistribución de la riqueza.

En su artículo, Grupo de Puebla reúne a todos sus socialistas para apoyar a Boric y a Petro, Raúl Tortolero (periodista y analista político mexicano) menciona lo siguiente:

López Obrador ya había planteado desde el 18 de septiembre de 2021, en la VI Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), sus planes globalistas rojos, en donde entregaba simbólicamente las riendas a la ONU, nunca dijo a cambio de qué, pero es de suponerse -es obvio-, que a cambio de que le respalden perpetuarse en el poder, lo mismo que pasa con Maduro en Venezuela, con el castrismo en Cuba y con el sandinismo en Nicaragua. Como era previsible, el Modelo Solidario de Desarrollo que presentan ahora, es sólo una reelaboración de la propuesta de Andrés Manuel López Obrador anunciada en la ONU el 9 de noviembre pasado, donde lanzó su Plan Mundial de Fraternidad y Bienestar, es decir, la creación de un Estado Mundial y de subsidios universales.  

Por otro lado, el Grupo de Puebla, de la mano de López Obrador, está apoyando a que los Demócratas se queden en el poder varios años en Estados Unidos ―recientemente, la administración Biden retiró a las FARC de la lista de grupos terroristas―, para de esa manera conseguir el apoyo de personajes muy ligados al globalismo, Barack Obama, por citar un caso.

La búsqueda de apoyo económico en la China por parte de los miembros del Grupo de Puebla es otro de los elementos que debe preocuparnos. Ya que, en países como Argentina y Bolivia, usando la «diplomacia» de la deuda externa, la influencia del dragón rojo amenaza la soberanía nacional (los casos de abusos por parte de empresas chinas son de dominio público en Bolivia).

Como vemos, el Grupo de Pueblo tiene la intención de ampliar su red de corrupción, narcotráfico y violaciones de los Derechos Humanos a toda la región, y esas deberían ser las razones para que todos los que amamos nuestras patrias nos unamos para defenderla de estos planes malévolos.

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