La educación, a más de la discutida clasificación de derecho, es por sobre todo un bien económico y una necesidad social progresiva; estudiar no es un fin en sí mismo, es un medio para obtener una mejor calidad de vida, uno quiere capitalizar el conocimiento que va obtener en benéfico propio inmediato y la sociedad pretende avanzar en las comodidades y beneficios consecuencia de ese conocimiento, ya sea en higiene u obtener contadores o psicólogos, o sea ejercer una profesión liberal abstracta destinada a una sociedad en un grado relativo de desarrollo y civilización, que haga que se pueda vivir sin cazar cada día para comer o buscar leña, y poder intercambiar bienes y servicios por un elemento abstracto universal como el dinero para el mayor acceso de todos sus miembros, en un proceso natural y continuado, adaptado a cada realidad, ejemplo, no es necesario, ni rentable, por no tener mercado, una discoteca en una comunidad rural sin acceso a agua potable, como tampoco ser físico nuclear allí; por ende de poco sirven carreras mediocres o sin mercado laboral para solamente ostentar un título sin valor alguno en una realidad cada vez más pobre pero empapelado con las apariencias, apariencias que se deben pagar y sí se pagan, ya sea directamente, donde se trata de sacar el máximo provecho y posterior rentabilidad o indirectamente por ser una necesidad cuyo costo la sociedad asume y paga, lo que sí deben ser es útiles y rentables para que cumplan un objetivo.
Por lo cual sería interesante abordar el tema educativo, desde una perspectiva de practicidad y potencialidad, en lo relativo a profesiones y tecnicaturas; hacer un estudio nacional y regional, averiguar que oficios, en qué nivel y con qué inversión se necesitan y donde, donde puede explotarse mejor y que abarque a más personas, con facilidad cooperativa; cuales son las necesidades previas, cuáles serán útiles en el futuro, cuáles pueden incentivar la inversión extranjera, con cuales competimos internacionalmente, cuáles pueden elevar determinadas áreas, y a estas exonerar de gastos e incluso incentivarlas; las carreras con pleno rendimiento en el mercado que no tengan privilegios y en base a la competencia y la calidad obtengan becas
Un pensamiento sobre el gasto en rubros como educación y salud, los cuales están entre los más cuantiosos del presupuesto nacional, pero que no se condicen con la realidad efectiva, siendo ésta paupérrima y atrasada, es que no está en la cantidad o dejar la canilla abierta de par en par, sino en la calidad del gasto público, se debería hacer una radiografía de la ejecución en esas áreas y saber en qué va el dinero (corrupción), su rendimiento (carrera con salida laboral, eternización estudiantil, máquinas/infraestructura) y ejecutar como debe ser, antes de dar más dinero, cosa que de hacer falta debe hacerse, pero 1° se debe hacer ese análisis y proponer soluciones sustentables a largo plazo.
Porque, ¿cuánta gente habrá crecido luchando por una educación mejor?, de la cual nunca pudo beneficiarse, pero seguimos perpetuando esa misma forma de encarar los problemas, reaccionando, esperando que nos den lo que es nuestro o creyendo poder tomarlo por la fuerza, acá hacen falta visiones a largo y mediano plazo y preparación personal responsable; grandes de nuestros exponentes fueron autodidactas con apenas libros y voluntad, en base a los ideales pero aplicados a mi realidad, a mi comunidad, no esperando un cambio radical, eso solo pasa en la antesala del caos, sino uno resultado del trabajo diario; porque, como uno se educa día a día, así se forma la realidad que queremos, construyendo, ni pidiendo ni por violencia, construyendo, día a día, esforzándonos siempre por mejorar.