Los Cheques educacionales o vouchers como se les llama, son una intención de encontrar alternativas para mejorar la educación en Paraguay; dado que en la Constitución Nacional reza: “se garantizará la educación integral”, y si bien me parece adecuado que la educación sea pública, veo ventajas en que no se limite, el rol del estado, a esperanzar con soluciones de una educación pública de calidad, además teniendo en cuenta que también está en la constitución lo de fomentar programas a más de fondos, ayudas y becas, me parece buen terreno para darle oportunidad a los particulares a que construyan y desarrollen colegios privados o universidades, destacando que sería más fácil en un gobierno descentralizado.
Siendo así, luego de Investigar, caí en la cuenta de que el sistema del vouchers para la educación pública es una gran propuesta que está revolucionando las escuelas y universidades y ya se aplica en muchos países.
Consiste en una reforma al sistema de financiamiento a las escuelas y universidades. Tradicionalmente, el gobierno manda los dineros a las escuelas para solventar los gastos que genera educar a los estudiantes. Cada año el gobierno determina la cantidad de recursos que usarán las instituciones del gobierno, el presupuesto para las instituciones del sistema educativo público. Con esos recursos se paga a los profesores, administrativos, funcionarios, investigadores y para equipar los laboratorios, la biblioteca, etc. En otras palabras, el sistema actual de financiamiento radica en que el gobierno manda los recursos a la oferta, a las instituciones. Lo hace así para que las escuelas no le cobren a los alumnos, es lo que se llama “educación gratuita”.
Obviamente, el sistema de educación pública está fallando, especialmente fuera de las áreas ricas, en especial al interior del país, habiendo sobradas diferencias entre el acceso educativo y la Calidad del mismo, entre Capital y lo que vendría a ser todo lo demás. En otras palabras, el fracaso del sistema afecta principalmente a los niños en hogares de bajos ingresos, en especial al interior del país y perpetúa la pobreza generacional, a más de atrofiar el desarrollo regional y local del interior. El sistema de subsidio a la oferta ha provocado un divorcio entre universidad/escuelas y sociedad. La educación universitaria/escolar no responde a las necesidades de las empresas, ni del comercio ni de los servicios. En otras palabras, es un sistema obsoleto, oneroso y atrasado.
Esto es notorio desde mi época de estudiante donde a cada año se esperaban las protestas con las consecuencias para los alumnos a los que el tiempo hizo grandes, muchas veces sin poder aprovechar la educación por falta de clases. Esto apoya la creación de vales para la educación, o al menos cuentas de ahorro para la educación, que beneficiarán a los hogares de bajos ingresos.
La idea es que los recursos con que funciona una universidad o escuela entren por la mano del estudiante, no del gobierno. Darle la vuelta a lo que vimos más arriba donde el gobierno manda el el dinero a las instituciones educativas de forma directa. En nuestro caso el gobierno le daría, cada mes, un voucher al alumno, para que él, con su propia mano, pague en la escuela de su preferencia. Los bonos de educación alentarían a los proveedores privados para proveer sus servicios cerca de las zonas de bajos ingresos o hacerse cargo de escuelas públicas deficientes.
Pero, ¿qué son exactamente los bonos de educación? Estas son asignaciones de fondos del gobierno para un estudiante en una escuela o universidad elegida por el estudiante o sus padres. En otras palabras, estos cheques o cupones funcionan como una beca del gobierno, basada en el derecho constitucional de cada niño a acceder a una educación de calidad.
Este marco proporcionaría un medio consistente para evaluar financieramente las necesidades de los estudiantes en ciertas áreas, de modo que se pueda lograr un nivel más alto de educación “mínima”. En otras palabras se podría saber a la larga cuánto cuesta una educación de calidad, por el control que se efectuaría del programa por sus respectivas autoridades departamentales, tanto en enfoques, agrario, industrial, ciencias básicas, artes, como por su área geográfica en el país.
Se podrían desarrollar herramientas y sistemas para que la sociedad civil y los padres puedan responsabilizar a las escuelas y universidades de los resultados. La libertad de elección escolar para la clase trabajadora y los padres pobres sería algo bueno porque los involucraría más en la educación de sus hijos.
Darles la libertad de enviar a sus hijos a otra escuela si lo desean es esencial, no solo para reforzar el espíritu de responsabilidad (los padres saben lo que necesitan sus hijos), sino también para darles a la gente de bajos ingresos un sentido de libertad y dignidad y hacen que la educación sea un proyecto de vida de la comunidad toda.
Pero para esto es fundamental la descentralización, para uno, no depender del desembolso de un ente centralista, que acarrea demoras y otros dramas, y dos, para la forma de selección de los beneficiarios, en este caso cada departamento va a poder ser el lugar donde se decida lo que es mejor para sus habitantes, sin la necesidad de ir a capital a por respuestas y poder efectivamente colaborar con las autoridades locales a fin de desarrollarnos.