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La censura como respuesta a todo

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Pedro Gonzalez 07-10-2020 politica

Ufff, ¿semana agitada, no? Desalojos, aumentos de penas para invasores, cuarentena a las vacunas, vivíamos en Miami y no lo sabíamos y, como si fuera poco, intentos de censura previa a periodistas y legisladores. En Paraguay se aburre el que quiere, no lo nieguen.

Pero vamos en enfocarnos un poco en lo importante, en aquello que aunque no nos demos cuenta puede traer consecuencias nefastas de cara al futuro, la censura.

Kattya, Celeste y Desireé, tres adalides de la templanza y diestras en el empleo de la retórica, pusieron el grito en el cielo debido al mal trato verbal que reciben de parte de la prensa y sus colegas. Ellas… que se refieren siempre a sus colegas y a sus patrones, nosotros, los electores, con los diplomáticos términos de hijos de puta, pelotudos, imbéciles y toda otra clase de giros idiomáticos igual de estilizados.

En ese sentido, quiero dejar clara mi posición, soy fotanarrorista. El recordado escritor y humorista argentino, Roberto “Negro” Fontanarrosa, en la “Tercera Edición del Congreso Internacional de la Lengua Española” realizado en la ciudad argentina de Rosario hace ya algunas décadas se preguntó: “¿Quién define lo que es vulgar y lo que no? Hay palabras de las denominadas malas palabras que son irremplazables, por sonoridad, por fuerza y por contextura física. No es lo mismo decir que una persona es tonta o zonza o que es un pelotudo”.

Dicho esto, debo decir, también, que los ámbitos legislativos no son el ámbito para utilizar estas palabras pero, bajo ningún concepto, esto debe iniciar una caza de brujas y una nueva arremetida contra la libertad de expresión.

La Constitución Nacional prohíbe la censura previa con el fin de garantizar la información al ciudadano, al soberano. No es potestad de ningún medio, de ningún grupo empresario ni de ningún legislador determinar cuál es la información que consumimos.

El pleno reconocimiento de la libertad de expresión es una garantía fundamental para asegurar el Estado de derecho y las instituciones democráticas. Así ha sido reconocido en numerosas ocasiones por distintos sectores de la sociedad civil, organizaciones internacionales y por la mayor parte de los Estados. La libertad de expresión es una piedra angular en la existencia misma de una sociedad democrática.

Sepan, señoras legisladoras, que la Convención Americana sobre Derechos Humanos establece el derecho a la libertad de expresión en su artículo 13 y lo hace en los siguientes términos: “Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento y de expresión. Este derecho comprende la libertad de buscar, recibir y difundir informaciones e ideas de toda índole, sin consideración de fronteras, ya sea oralmente, por escrito o en forma impresa o artística, o por cualquier otro procedimiento de su elección” y de ninguna manera este derecho debe estar sujeto a la censura previa sino a las responsabilidades ulteriores.

Es tiempo sincerar las cosas, ¿no quieren que las insulten? Fantástico, estoy de acuerdo con ustedes y las apoyo, pero eleven el nivel del debate sin apelar a la censura, porque si sus perros les ladran y ustedes gritan “Guau” arrodilladas en el suelo, la culpa no es del perro.

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