lunes, 23 diciembre, 2024

Las mafias como los grandes actores geopolíticos

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Jorge Llano Domínguez
Jorge Llano Domínguez
Cnel DEM (R) Abogado Catedrático del Instituto de Altos Estudios Estratégicos

Cerraré esta trilogía que hice en calidad de colaboración para Infórmate Paraguay, haciendo un breve análisis sobre el papel de las mafias dentro del plano geopolítico internacional del mundo de hoy. Para ello debemos entender la esencia de las mafias que al igual que el terrorismo son expresiones del crimen organizado trasnacional, sin embargo, el terrorismo persigue el poder o el triunfo de una idea; las mafias, el lucro. Las mafias ejecutan acciones terroristas, de forma puntual como respuesta ante una represión Estatal molesta.

El terrorismo, se propone la destrucción del sistema contra el que lucha, y en consecuencia, se sitúa fuera de él. Por el contrario, las mafias viven del sistema, hasta el punto de constituir un engranaje más de él. Además de la citada diferencia (Poder-Lucro), existe otra, inapreciable pero fundamental característica, que pone de manifiesto la naturaleza esencialmente distinta de su funcionamiento. Mientras la clandestinidad es un requisito permanente e infranqueable para la mafia, para una entidad terrorista, sólo es un paréntesis entre dos apariciones, ya se trate de atentados, de reivindicaciones o de propaganda doctrinaria.

Así pues la clandestinidad permanente de la mafia es intrínseca a su naturaleza hasta el punto de aceptar la negación oficial de su existencia y ejecutar actuaciones encaminadas a borrar sus recuerdos. En contraposición, el terrorismo debe manifestarse cada cierto tiempo, está obligado a ser impactante, pues, la justificación última de sus acciones consiste en obtener un reconocimiento público de cualquier tipo (horror, miedo, etc.).

El terrorismo debe revelarse de forma eruptiva, sin embargo, una mafia crece y conquista su territorio con un gran esfuerzo por no aparecer a la luz del día. Una forma descriptiva sobre lo expuesto se puede observar en el siguiente relato: “en el fondo del mar conviven especies de peces y moluscos tan acostumbrados a la oscuridad abismal que muchas de ellas son descocidas para la ciencia junto a una variedad de mamíferos que deben salir a la superficie para captar el oxígeno necesario para su supervivencia”. En esto consiste, justamente, el abismo que separa una entidad integrada, socialmente e invisible (las mafias) de una amenaza exterior y visible (el terrorismo).

En su origen, el término mafia designaba a una organización criminal surgida en Palermo, en la capital de Sicilia en el siglo XIX. De aquel tiempo hasta la actualidad LA MAFIA ha logrado situarse en la cima del crimen organizado. Existe una élite mundial criminal que forma una singular aristocracia del crimen: se trata de la súper potencia criminales dueñas de los nuevos imperios. “En la primera división o grandes ligas” mundial se encuentra la mafia Siciliana e Ítalo-Americana, junto con otras organizaciones tan peligrosas y en ocasiones tan antiguas como ellas.

Existen 8 criterios para el reconocimiento e identificación de una auténtica MAFIA: Control territorial, Capacidad de orden y dominación, Sentido de jerarquía y obediencia, Secreto e iniciación, Dimensión ética y familiar, Multicriminalidad, Mitos y leyendas, Antigüedad y vocación de permanencia.

Estas entidades criminales (MAFIAS) se ocupan de parte importante de los tráficos mundiales de drogas, personas, órganos, armas, inmigración clandestina, prostitución, entre un largo etc., y en la actualidad se incorpora a la escena el tráfico de vacunas falsas (caso de México, Colombia y otros), y en sus epicentros ellas practican la extorsión sistemática sobre las principales actividades económicas: como ser la adjudicación de contratos públicos, la construcción de obras de infraestructura, la falsificación, el cine, etc.

Para concluir, al ser las mafias unas entidades mimetizadas en el sistema económico, financiero y sobre todo político, capaces de influir sobre decisiones en los niveles más altos de los gobiernos e incluso de órganos internacionales, se convierten en los grandes actores y ordenadores que dirigen el quehacer de las sociedades del mundo de hoy, cuyo poder trasciende más allá de las fronteras donde operan territorialmente y nada está fuera de su alcance.

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