lunes, 23 diciembre, 2024

El nuevo orden mundial y la criminalización del mundo

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Jorge Llano Domínguez
Jorge Llano Domínguez
Cnel DEM (R) Abogado Catedrático del Instituto de Altos Estudios Estratégicos

Desde finales del siglo pasado, una de las palabras que seguramente más se popularizó y divulgó en todo mundo, fue la palabra: “globalización”. La globalización, un proceso que vino aparejado con la explosión electrónica, en los años noventa la euforia llegó a tal extremo que hasta los académicos y foros internacionales se habló que, como consecuencia de ésta, se acabaría el hambre y la pobreza mundial. Nada más alejado de la verdad, pues, la globalización no acabó con la pobreza y mucho menos con el hambre.

Lo que si ha sido una gran realidad, es que la globalización vino aparejada de un lado oscuro, el cual, consistió en la revelación de un espectro caótico sobre nuestro mundo contemporáneo, nos sugiere que las organizaciones terroristas y delictivas con poder y alcance global, efectivamente están instaladas en la realidad actual. En efecto, el crimen organizado, por ejemplo, ha abandonado la marginalidad y se ha instalado en el corazón de nuestros sistemas políticos y económicos. En esta línea de pensamiento, corresponde hacer una descripción geopolítica sobre la realidad de LAS MAFIAS. El mundo de LAS MAFIAS, es un universo regido por el dinero, el poder y el secreto.

Es importante, no confundir la figura de LAS MAFIAS con simples bandas u organizaciones criminales internacionales, pues, las primeras (LAS MAFIAS) son entidades que poseen una naturaleza propia y representan un estadio superior del crimen organizado. Las 9 mafias tradicionales identificadas o caracterizadas en la actualidad son: Cosa Nostra Siciliana, Cosa Nostra Norteamericana, Sacra Corona Unita de Apulia, Ndrangheta calabresa, Camorra de Campania, Maffya turca, Mafia albanófona, Yakuza japonesa y Tríadas chinas.

Estas son las organizaciones criminales más poderosas y peligrosas del planeta y, la comprensión profunda de estas sociedades criminales, tan desconocidas como cambiantes, debe cuestionarnos finalmente sobre la naturaleza y la claridad real de las sociedades contemporáneas. Por lo que conviene señalar también en este contexto que el terrorismo trasnacional, representa una amenaza indudable de carácter estratégico.

El terrorismo, pues, constituye una manifestación superficial, visible y molesta, mientras que el fenómeno mafioso resulta discreto e indoloro. Es la misma diferencia que puede existir entre una simple enfermedad de la piel y un cáncer.

Ahora bien, de vuelta con el Nuevo Orden Mundial (NOM) y la criminalización, A las tiranías políticas clásicas ahora se deben añadir las tiranías criminales, con la intervención y acción de inquietantes actores criminales internacionales, ocultos en la sombra, que manipulan a los candidatos elegidos por el pueblo y, por tanto, la democracia. Como muy bien señala el investigador francés Jean Francois Gayraud: “LAS MAFIAS resumen y reflejan como un espejo, sin apenas deformación, una importante evolución del mundo: SU CRIMINALIZACIÓN.”

LAS MAFIAS no son una anomalía ni una patología, son sí el indicador de la evolución criminal del mundo. A pesar de las apariencias, la era de las ideologías está dando paso de forma rápida, discreta y como cierta, a la ERA CRIMINAL. Así, cuando se hayan acabado los últimos coletazos del mundo antiguo y sus ilusiones ideológicas, los verdaderos Poderes del Nuevo Mundo se habrán instalado de forma definitiva y descubrirán su rostro absolutamente depredador.

Esta revelación de la auténtica naturaleza del mundo, será irreversible, continua y dolorosa. En las sociedades globalizadas y mediatizadas, la identificación de las amenazas reales, no es un ejercicio fácil, más aún, ellas se hacen harto difícil cuando los gobernantes escasamente gozan de una clarividencia muy poco mayor que el resto de los ciudadanos y, que como éstos, también se dejan deslumbrar por los espejismos mediáticos.

A manera de colofón, quiero subrayar que nuestra representación ideológica del mundo, nos impide ver la realidad criminal y esta ilusión es lo que justamente beneficia a LAS MAFIAS, que como entidades criminales esencialmente furtivas, saben pasar por debajo del radar de los medios de comunicación y del Estado. Fuera del radar junto los grandes y poderosas fuerzas que propugnan la instauración del NOM.

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